Ligas europeas jaqueadas por problemas financieros de sus clubes
La UEFA dio a conocer un informe en el que marca que el 54 por ciento de sus afiliados sufren pérdidas millonarias. Por eso, en España, el sindicato de jugadores propondría una huelga para el día de partido Real Madrid-Barcelona. Platini pretende poner límites.
Por Gustavo Veiga
Desde Europa llegan malas noticias para el mundo del fútbol-negocio que, en perspectiva, pueden modificar el statu quo en los próximos años. La UEFA, que preside el francés Michel Platini, acaba de dar a conocer un informe de 80 páginas con las pérdidas que sufrió el 54 por ciento de sus clubes afiliados, y que la llevó a aprobar una campaña de “juego limpio” financiero. En España, el sindicato de jugadores profesionales podría votar mañana una huelga para el próximo fin de semana por deudas impagas con sus afiliados.
La fecha escogida no es azarosa: el 11 de abril está previsto el clásico Real Madrid-Barcelona. La Premier League de Inglaterra continúa acumulando pasivos que ya superan con holgura los 4000 millones de euros. Estos problemas alientan medidas de mayor disciplina en la administración de las finanzas, como el recorte de un 30 por ciento en los presupuestos para incorporaciones y sueldos, tal como ya lo plantea la Liga de Fútbol Profesional (LFP) española.
Platini, por ahora alejado de sospechas de corrupción que salpiquen su respetada trayectoria, ya decidió que se presentará a la reelección en la UEFA el 22 de marzo de 2011 en París. Ese, quizá, sea el último paso en su avanzada moralizadora hacia la FIFA. Inspirado en un discurso progresista que lo diferencia de Joseph Blatter o Julio Grondona, los dos dirigentes más poderosos del fútbol mundial, el ex capitán de la selección francesa decidió poner límites precisos a lo que pasa en su continente. De ahí a que lo logre, es otra cosa. Un ejemplo: la denegación de autorización a 21 clubes para que participen en los torneos que organiza la UEFA, con la Champions League a la cabeza. Las normas para competir se endurecieron. No jugarán equipos sin la infraestructura adecuada o deudas siderales.
Si bien las cifras del informe realizado por la entidad que preside Platini corresponden a la temporada concluida en 2008, abarcan a más de 600 instituciones de las 53 federaciones afiliadas. Un solo dato basta para ilustrar la dimensión de la crisis: los gastos reportados por los clubes, que aumentan por año un 18 por ciento, no se compadecen con los ingresos denunciados que apenas suben el 10,6 por ciento. En septiembre del año pasado, la UEFA se planteó, entre otros, los siguientes objetivos: introducir una mayor disciplina y racionalidad en las finanzas de los clubes de fútbol, alentarlos a competir con sus ingresos, fomentar las inversiones a largo plazo en juveniles e infraestructura y garantizar que paguen sus deudas en las fechas acordadas.
Las dos principales ligas europeas, la inglesa y española, son las que están peor. Entre ambas, representan el 70 por ciento de la deuda neta total que alcanza a los 6300 millones de euros. Los clubes de la Premier League tienen un 56 por ciento del pasivo (unos 4000 millones) y los españoles un 14 por ciento (1000 millones), aunque en 2008 algunas estimaciones de consultoras privadas elevaban esa cifra hasta 3450 millones. El tercer lugar es ocupado por el fútbol italiano, con una deuda de 500 millones.
La decadencia económica de los más poderosos, aun cuando siguen haciendo caja por centenares de millones de euros al año, no pasa inadvertida para la UEFA que definió la situación como grave. El ranking de mayores ingresos continúa sin novedades: lo lidera el Real Madrid por quinta temporada consecutiva, al que siguen Barcelona (desplazó al Manchester United al tercer lugar, por los 57 millones que ganó con sus seis títulos en 2009), Bayern Munich, Arsenal, Chelsea, Liverpool, Juventus, Inter y Milan.
Mientras que en Inglaterra, el club del omnipresente Alex Ferguson tiene una deuda que equivale a más de la cuarta parte de toda la Premier League junta o el centenario Portsmouth quedó en el umbral de la quiebra (el mes pasado despidió a 85 empleados para reducir gastos), en España mañana podría anunciarse una huelga de futbolistas. La AFE, el gremio que reúne la mayor cantidad de jugadores profesionales en el mundo (unos 6000), celebrará un encuentro para analizar esa posibilidad que reclaman varios planteles.
Para preocupación de los dirigentes que lidera Angel María Villar en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), el sindicato se normalizó el 22 de marzo después de que se alejara Gerardo González Movilla –estuvo 21 años en el cargo–, considerado una pieza funcional a los intereses patronales. Luis Rubiales, su sucesor, un futbolista que acaba de retirarse a los 32 años, le exige una deuda de 5.048.309 millones a la RFEF más los intereses, correspondientes a cuatro partidos que jugó el seleccionado español a beneficio de la AFE.
También está en juego el pago de una deuda de 4 millones de euros a los jugadores de la Segunda B, el equivalente a la tercera categoría de nuestro fútbol y un fondo de garantía para los futbolistas que se desempeñen en clubes concursados que asciende a 8 millones (seis para la Primera y dos para la Segunda).
Los medios españoles describen que los jugadores podrían parar el domingo 11, cuando está programado el derby entre Real Madrid y Barcelona. Si no lo hicieran durante esa jornada, la huelga sería una cuestión de días, porque como informó el diario deportivo Marca “vestuarios de todas las categorías piden medidas contundentes, mientras que la directiva (de la AFE) apuesta por negociar”. La trayectoria de Rubiales, un duro entre sus pares –lideró un recordado conflicto en el club Levante– y sus más recientes declaraciones, no parecen tan condescendientes. “Yo quiero acabar con los pobres”, tituló el diario El País una entrevista que le hizo el 29 de marzo.
Para materializar la huelga que por ahora es sólo una idea, el sindicalista necesitará el apoyo de dos planteles regados de estrellas. El del Real Madrid ya habría expresado su predisposición a acompañar la voluntad mayoritaria de un paro y todavía no se conoce lo que opinan los futbolistas del Barcelona. Mientras tanto, en un intento por salir del pantano económico en que están metidos, los dirigentes de la Liga Profesional de Fútbol (LFP) –en España conviven junto a los de la RFEF– deslizaron que evalúan hacer una poda sobre los presupuestos destinados a fichajes y salarios, para llevarlos a un 70 por ciento de sus valores actuales. En la Premier League, los clubes ya fijaron un tope máximo de 25 jugadores por equipo.
Si estas medidas se concretaran, el sueño de asegurarse un futuro económico en el fútbol europeo podría desvanecerse como el de los inmigrantes indocumentados.
Por Gustavo Veiga
Desde Europa llegan malas noticias para el mundo del fútbol-negocio que, en perspectiva, pueden modificar el statu quo en los próximos años. La UEFA, que preside el francés Michel Platini, acaba de dar a conocer un informe de 80 páginas con las pérdidas que sufrió el 54 por ciento de sus clubes afiliados, y que la llevó a aprobar una campaña de “juego limpio” financiero. En España, el sindicato de jugadores profesionales podría votar mañana una huelga para el próximo fin de semana por deudas impagas con sus afiliados.
La fecha escogida no es azarosa: el 11 de abril está previsto el clásico Real Madrid-Barcelona. La Premier League de Inglaterra continúa acumulando pasivos que ya superan con holgura los 4000 millones de euros. Estos problemas alientan medidas de mayor disciplina en la administración de las finanzas, como el recorte de un 30 por ciento en los presupuestos para incorporaciones y sueldos, tal como ya lo plantea la Liga de Fútbol Profesional (LFP) española.
Platini, por ahora alejado de sospechas de corrupción que salpiquen su respetada trayectoria, ya decidió que se presentará a la reelección en la UEFA el 22 de marzo de 2011 en París. Ese, quizá, sea el último paso en su avanzada moralizadora hacia la FIFA. Inspirado en un discurso progresista que lo diferencia de Joseph Blatter o Julio Grondona, los dos dirigentes más poderosos del fútbol mundial, el ex capitán de la selección francesa decidió poner límites precisos a lo que pasa en su continente. De ahí a que lo logre, es otra cosa. Un ejemplo: la denegación de autorización a 21 clubes para que participen en los torneos que organiza la UEFA, con la Champions League a la cabeza. Las normas para competir se endurecieron. No jugarán equipos sin la infraestructura adecuada o deudas siderales.
Si bien las cifras del informe realizado por la entidad que preside Platini corresponden a la temporada concluida en 2008, abarcan a más de 600 instituciones de las 53 federaciones afiliadas. Un solo dato basta para ilustrar la dimensión de la crisis: los gastos reportados por los clubes, que aumentan por año un 18 por ciento, no se compadecen con los ingresos denunciados que apenas suben el 10,6 por ciento. En septiembre del año pasado, la UEFA se planteó, entre otros, los siguientes objetivos: introducir una mayor disciplina y racionalidad en las finanzas de los clubes de fútbol, alentarlos a competir con sus ingresos, fomentar las inversiones a largo plazo en juveniles e infraestructura y garantizar que paguen sus deudas en las fechas acordadas.
Las dos principales ligas europeas, la inglesa y española, son las que están peor. Entre ambas, representan el 70 por ciento de la deuda neta total que alcanza a los 6300 millones de euros. Los clubes de la Premier League tienen un 56 por ciento del pasivo (unos 4000 millones) y los españoles un 14 por ciento (1000 millones), aunque en 2008 algunas estimaciones de consultoras privadas elevaban esa cifra hasta 3450 millones. El tercer lugar es ocupado por el fútbol italiano, con una deuda de 500 millones.
La decadencia económica de los más poderosos, aun cuando siguen haciendo caja por centenares de millones de euros al año, no pasa inadvertida para la UEFA que definió la situación como grave. El ranking de mayores ingresos continúa sin novedades: lo lidera el Real Madrid por quinta temporada consecutiva, al que siguen Barcelona (desplazó al Manchester United al tercer lugar, por los 57 millones que ganó con sus seis títulos en 2009), Bayern Munich, Arsenal, Chelsea, Liverpool, Juventus, Inter y Milan.
Mientras que en Inglaterra, el club del omnipresente Alex Ferguson tiene una deuda que equivale a más de la cuarta parte de toda la Premier League junta o el centenario Portsmouth quedó en el umbral de la quiebra (el mes pasado despidió a 85 empleados para reducir gastos), en España mañana podría anunciarse una huelga de futbolistas. La AFE, el gremio que reúne la mayor cantidad de jugadores profesionales en el mundo (unos 6000), celebrará un encuentro para analizar esa posibilidad que reclaman varios planteles.
Para preocupación de los dirigentes que lidera Angel María Villar en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), el sindicato se normalizó el 22 de marzo después de que se alejara Gerardo González Movilla –estuvo 21 años en el cargo–, considerado una pieza funcional a los intereses patronales. Luis Rubiales, su sucesor, un futbolista que acaba de retirarse a los 32 años, le exige una deuda de 5.048.309 millones a la RFEF más los intereses, correspondientes a cuatro partidos que jugó el seleccionado español a beneficio de la AFE.
También está en juego el pago de una deuda de 4 millones de euros a los jugadores de la Segunda B, el equivalente a la tercera categoría de nuestro fútbol y un fondo de garantía para los futbolistas que se desempeñen en clubes concursados que asciende a 8 millones (seis para la Primera y dos para la Segunda).
Los medios españoles describen que los jugadores podrían parar el domingo 11, cuando está programado el derby entre Real Madrid y Barcelona. Si no lo hicieran durante esa jornada, la huelga sería una cuestión de días, porque como informó el diario deportivo Marca “vestuarios de todas las categorías piden medidas contundentes, mientras que la directiva (de la AFE) apuesta por negociar”. La trayectoria de Rubiales, un duro entre sus pares –lideró un recordado conflicto en el club Levante– y sus más recientes declaraciones, no parecen tan condescendientes. “Yo quiero acabar con los pobres”, tituló el diario El País una entrevista que le hizo el 29 de marzo.
Para materializar la huelga que por ahora es sólo una idea, el sindicalista necesitará el apoyo de dos planteles regados de estrellas. El del Real Madrid ya habría expresado su predisposición a acompañar la voluntad mayoritaria de un paro y todavía no se conoce lo que opinan los futbolistas del Barcelona. Mientras tanto, en un intento por salir del pantano económico en que están metidos, los dirigentes de la Liga Profesional de Fútbol (LFP) –en España conviven junto a los de la RFEF– deslizaron que evalúan hacer una poda sobre los presupuestos destinados a fichajes y salarios, para llevarlos a un 70 por ciento de sus valores actuales. En la Premier League, los clubes ya fijaron un tope máximo de 25 jugadores por equipo.
Si estas medidas se concretaran, el sueño de asegurarse un futuro económico en el fútbol europeo podría desvanecerse como el de los inmigrantes indocumentados.