Indicios de volcanes en Venus
Madrid, Agencias
Venus tiene una densa atmósfera que impide, o dificulta mucho, la observación y estudio de su superficie, pero gracias a un detector especial de la sonda espacial Venus Express, que está allí en órbita desde 2006, se han obtenido registros que indican -aunque aún con un cierto grado de incertidumbre aún- que es un planeta volcánicamente activo. Sólo en dos cuerpos del sistema solar, la Tierra y la luna de Júpiter Io, se ha observado vulcanismo en la actualidad.
Gracias a la información enviada por esa sonda de la Agencia Europea del Espacio (ESA), los científicos han identificado nueve puntos calientes en ese planeta, "áreas análogas a Hawai, con vulcanismo", afirman en la revista Science. En tres de esos puntos calientes (áreas con cámaras de magma en el subsuelo), se observan flujos de lava solidificada que emiten cantidades anormalmente altas de calor respecto a la emisión de su entorno . "Estimamos que esos flujos tienen menos de 2,5 millones de años, y probablemente mucho menos, incluso unos 250.000 años", añaden. "En términos geológicos, esto significa que [los flujos de lava] son prácticamente actuales", explica Joern Helbert, uno de los investigadores. Entre los puntos calientes, las dos regiones Themis y Dione, con elevaciones de 0,5 y 2,5 kilómetros respectivamente son las mejores candidatas a tener vulcanismo activo.
Venus y la Tierra se formaron hace unos 4.500 millones de años, pero evolucionaron de modo diferente hasta el punto de que el primero tiene una atmósfera, compuesta sobre todo de dióxido de carbono, que provoca un potentísimo efecto invernadero, con temperatura en la superficie suficiente para fundir el. "La historia geológica de Venus siempre ha sido un misterio. Naves espaciales precedentes nos proporcionaron indicios de vulcanismo, pero no sabíamos hace cuánto tiempo, mientras que ahora tenemos pruebas de erupciones recientes", afirma Sue Smrekar, investigadora del Jet Propulsion Laboratory (California) y líder del equipo de investigación.
Lo cierto es que, se planteaban los científicos hace tiempo, algo estaría alisando la superficie venusiana, porque allí sólo hay unos mil cráteres provocados por el impacto de meteoritos, una cifra muy baja en comparación con las marcas que hay en otros cuerpos del Sistema Solar. Los volcanes son una buena explicación, porque sus erupciones renuevan la superficie. Además, las zonas de flujos de lava están especialmente poco erosionadas.
A bordo de la Venus Express, que sigue una órbita elíptica alrededor del planeta vecino acercándose hasta 300 kilómetros a su superficie, va instalado un sensor que es el que se ha utilizado en esta investigación ya que permite ver la superficie venusiana a través de la densa atmósfera y registrar los patrones de su radiación en infrarrojo. Se trata del espectrómetro Virtis (Visible and Infrared Thermal Imaging Spectrometer), que está permitiendo hacer un mapa de la emisión térmica de Venus.
Venus tiene una densa atmósfera que impide, o dificulta mucho, la observación y estudio de su superficie, pero gracias a un detector especial de la sonda espacial Venus Express, que está allí en órbita desde 2006, se han obtenido registros que indican -aunque aún con un cierto grado de incertidumbre aún- que es un planeta volcánicamente activo. Sólo en dos cuerpos del sistema solar, la Tierra y la luna de Júpiter Io, se ha observado vulcanismo en la actualidad.
Gracias a la información enviada por esa sonda de la Agencia Europea del Espacio (ESA), los científicos han identificado nueve puntos calientes en ese planeta, "áreas análogas a Hawai, con vulcanismo", afirman en la revista Science. En tres de esos puntos calientes (áreas con cámaras de magma en el subsuelo), se observan flujos de lava solidificada que emiten cantidades anormalmente altas de calor respecto a la emisión de su entorno . "Estimamos que esos flujos tienen menos de 2,5 millones de años, y probablemente mucho menos, incluso unos 250.000 años", añaden. "En términos geológicos, esto significa que [los flujos de lava] son prácticamente actuales", explica Joern Helbert, uno de los investigadores. Entre los puntos calientes, las dos regiones Themis y Dione, con elevaciones de 0,5 y 2,5 kilómetros respectivamente son las mejores candidatas a tener vulcanismo activo.
Venus y la Tierra se formaron hace unos 4.500 millones de años, pero evolucionaron de modo diferente hasta el punto de que el primero tiene una atmósfera, compuesta sobre todo de dióxido de carbono, que provoca un potentísimo efecto invernadero, con temperatura en la superficie suficiente para fundir el. "La historia geológica de Venus siempre ha sido un misterio. Naves espaciales precedentes nos proporcionaron indicios de vulcanismo, pero no sabíamos hace cuánto tiempo, mientras que ahora tenemos pruebas de erupciones recientes", afirma Sue Smrekar, investigadora del Jet Propulsion Laboratory (California) y líder del equipo de investigación.
Lo cierto es que, se planteaban los científicos hace tiempo, algo estaría alisando la superficie venusiana, porque allí sólo hay unos mil cráteres provocados por el impacto de meteoritos, una cifra muy baja en comparación con las marcas que hay en otros cuerpos del Sistema Solar. Los volcanes son una buena explicación, porque sus erupciones renuevan la superficie. Además, las zonas de flujos de lava están especialmente poco erosionadas.
A bordo de la Venus Express, que sigue una órbita elíptica alrededor del planeta vecino acercándose hasta 300 kilómetros a su superficie, va instalado un sensor que es el que se ha utilizado en esta investigación ya que permite ver la superficie venusiana a través de la densa atmósfera y registrar los patrones de su radiación en infrarrojo. Se trata del espectrómetro Virtis (Visible and Infrared Thermal Imaging Spectrometer), que está permitiendo hacer un mapa de la emisión térmica de Venus.