El petróleo y las conciencias
El País, de Tarija
Mañana, desde Yacuiba, Los pueblos indígenas guaraníes marcharán a Villa Montes contra el gobierno del presidente Evo Morales. Allí, en Villa Montes, se les unirán los pueblos weenhayek, tapietes.
Es una marcha de protesta, por supuesto, pero no necesariamente política, aunque ese ingrediente no está ausente. Marcharán porque las empresas petroleras tienen a la tierra y a los ríos guaraníes contaminados.
En el Gran Chaco se concentra la mayor actividad petrolera de Bolivia, (350 pozos), según un informe del Centro de Estudios Regionales de Tarija y AMBIO Chaco (institución sin fines de lucro).El informe señala también que uno de los efectos más devastadores de la industria petrolera es la contaminación de los ríos y quebradas, la que se produce a través del impacto propio de las operaciones de exploración (apertura de brechas que favorecen a los procesos erosivos, vaciado de combustibles, basura y otros contaminantes en aguas subterráneas y superficiales) y mediante los derrames de petróleo y emanaciones de gas.
En la zona trabaja la compañía: Diamond Shamrock en el pozo Supuati X1 (ST), ubicado en el bloque Chaco, esta compañía efectúa la perforación del pozo Ñupuco X-103 y está en proceso de perforación de los pozos Los Suris X- 4 y la del pozo Palo Marcado X-5, también ubicado en la provincia Gran Chaco del departamento de Tarija. Mientras que en la provincia O’Connor se encuentra la compañía: Maxus Bolivia Inc. que ha realizado la perforación del pozo Margarita X-1, ubicado en el bloque Caipipendi y Pluspetrol, que ejecuta la perforación de los pozos Tigre X-1001 ubicado en la Serranía de El Candado y el pozo Huayco Sur X-1001.
¿Por qué todos esos detalles técnicos en un análisis de un tema étnico y eventualmente político? Porque una vez más, como en todos los conflictos sociales aquí y en cualquier lugar del mundo, está el petróleo.
“Siempre hemos mandado notas, para que el gobierno se siente con nosotros y con nuestro pueblo, pero nunca ha escuchado nada. Ha estado al margen de nuestros derechos y demandas”, dijo Justino Zambrana, del Consejo de Capitanes de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), al informar sobre la marcha. Le creemos.
Porque ya Sergio Almaraz, hace medio siglo, nos había enseñado que “petróleo es un liquido viscoso, oscuro, que ensucia todo, pero principalmente las conciencias”.
De las conciencias de los indígenas es de lo que menos se puede dudar. De las de muchos mandatarios sí, porque este no es el único caso en el que el petróleo las ha ensuciado. De las conciencias de algunas ONG que atizan fundamentalismos con financiamientos de corporaciones del “primer mundo” habrá que hablar levantando el velo de beneficencia y tecnocracia que las cubre.
¿Y de la limpieza de la conciencia de las corporaciones petroleras qué podemos decir? Nada, porque ahí la situación es mucho más grave: no tienen conciencia.
La marcha de los indígenas que comienza mañana, no es por asuntos irrelevantes. Al contrario, el trasfondo es denso, oscuro, resbaloso. Como el petróleo.
Mañana, desde Yacuiba, Los pueblos indígenas guaraníes marcharán a Villa Montes contra el gobierno del presidente Evo Morales. Allí, en Villa Montes, se les unirán los pueblos weenhayek, tapietes.
Es una marcha de protesta, por supuesto, pero no necesariamente política, aunque ese ingrediente no está ausente. Marcharán porque las empresas petroleras tienen a la tierra y a los ríos guaraníes contaminados.
En el Gran Chaco se concentra la mayor actividad petrolera de Bolivia, (350 pozos), según un informe del Centro de Estudios Regionales de Tarija y AMBIO Chaco (institución sin fines de lucro).El informe señala también que uno de los efectos más devastadores de la industria petrolera es la contaminación de los ríos y quebradas, la que se produce a través del impacto propio de las operaciones de exploración (apertura de brechas que favorecen a los procesos erosivos, vaciado de combustibles, basura y otros contaminantes en aguas subterráneas y superficiales) y mediante los derrames de petróleo y emanaciones de gas.
En la zona trabaja la compañía: Diamond Shamrock en el pozo Supuati X1 (ST), ubicado en el bloque Chaco, esta compañía efectúa la perforación del pozo Ñupuco X-103 y está en proceso de perforación de los pozos Los Suris X- 4 y la del pozo Palo Marcado X-5, también ubicado en la provincia Gran Chaco del departamento de Tarija. Mientras que en la provincia O’Connor se encuentra la compañía: Maxus Bolivia Inc. que ha realizado la perforación del pozo Margarita X-1, ubicado en el bloque Caipipendi y Pluspetrol, que ejecuta la perforación de los pozos Tigre X-1001 ubicado en la Serranía de El Candado y el pozo Huayco Sur X-1001.
¿Por qué todos esos detalles técnicos en un análisis de un tema étnico y eventualmente político? Porque una vez más, como en todos los conflictos sociales aquí y en cualquier lugar del mundo, está el petróleo.
“Siempre hemos mandado notas, para que el gobierno se siente con nosotros y con nuestro pueblo, pero nunca ha escuchado nada. Ha estado al margen de nuestros derechos y demandas”, dijo Justino Zambrana, del Consejo de Capitanes de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), al informar sobre la marcha. Le creemos.
Porque ya Sergio Almaraz, hace medio siglo, nos había enseñado que “petróleo es un liquido viscoso, oscuro, que ensucia todo, pero principalmente las conciencias”.
De las conciencias de los indígenas es de lo que menos se puede dudar. De las de muchos mandatarios sí, porque este no es el único caso en el que el petróleo las ha ensuciado. De las conciencias de algunas ONG que atizan fundamentalismos con financiamientos de corporaciones del “primer mundo” habrá que hablar levantando el velo de beneficencia y tecnocracia que las cubre.
¿Y de la limpieza de la conciencia de las corporaciones petroleras qué podemos decir? Nada, porque ahí la situación es mucho más grave: no tienen conciencia.
La marcha de los indígenas que comienza mañana, no es por asuntos irrelevantes. Al contrario, el trasfondo es denso, oscuro, resbaloso. Como el petróleo.