Hezbolá y Hamás continúan rearmándose
A pesar de los compromisos internacionales en materia de prevención del contrabando de armas, el Hezbolá y el Hamás, respaldados por Irán, continúan rearmándose
Luego de dos terribles conflictos con grupos terroristas respaldados por Irán en las fronteras norte y sur de Israel, la comunidad internacional aún no ha podido cumplir sus promesas (escritas y orales): detener el rearme del Hezbolá y el Hamás, y evitar que este último siga atacando a Israel.
Entre 2001 y 2008, los terroristas palestinos respaldados por Irán en Gaza lanzaron más de 10.000 cohetes, misiles y morteros contra civiles israelíes en el sur de Israel.[3] En un esfuerzo por proteger a su población, el 27 de Diciembre de 2008 Israel inició la Operación Plomo Fundido (una operación defensiva destinada a poner punto final a los ataques contra los civiles israelíes que viven en las cercanías de Gaza).
Tras la operación de tres semanas en Gaza, líderes internacionales de Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y Alemania expresaron su intención de acabar con el contrabando de enormes cantidades de armas hacia Gaza. A pesar de las buenas intenciones, el Hamás continúa rearmándose gracias a la ayuda de Irán y adquiriendo armas cada vez más sofisticadas.[4]
La misma promesa de intervención internacional fue formulada luego del conflicto entre el Hezbolá e Israel en 2006, cuando el grupo respaldado por Irán y basado en el Líbano realizó un ataque injustificado en territorio israelí, disparó contra una patrulla israelí y lanzó miles de misiles hacia poblaciones del norte de ese país.
En ese entonces, los líderes mundiales pronunciaron numerosos discursos en los que prometían luchar contra el rearme del Hezbolá, e incluso aprobaron una resolución de la ONU en la que se estipula que ningún arma no autorizada sería suministrada al Líbano. A pesar de esto, el Hezbolá ha logrado rearmarse, y su actual arsenal de armas supera el que poseía antes de la guerra.
Luego de dos terribles conflictos con grupos terroristas respaldados por Irán en las fronteras norte y sur de Israel, la comunidad internacional aún no ha podido cumplir sus promesas (escritas y orales): detener el rearme del Hezbolá y el Hamás, y evitar que este último siga atacando a Israel.
Entre 2001 y 2008, los terroristas palestinos respaldados por Irán en Gaza lanzaron más de 10.000 cohetes, misiles y morteros contra civiles israelíes en el sur de Israel.[3] En un esfuerzo por proteger a su población, el 27 de Diciembre de 2008 Israel inició la Operación Plomo Fundido (una operación defensiva destinada a poner punto final a los ataques contra los civiles israelíes que viven en las cercanías de Gaza).
Tras la operación de tres semanas en Gaza, líderes internacionales de Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y Alemania expresaron su intención de acabar con el contrabando de enormes cantidades de armas hacia Gaza. A pesar de las buenas intenciones, el Hamás continúa rearmándose gracias a la ayuda de Irán y adquiriendo armas cada vez más sofisticadas.[4]
La misma promesa de intervención internacional fue formulada luego del conflicto entre el Hezbolá e Israel en 2006, cuando el grupo respaldado por Irán y basado en el Líbano realizó un ataque injustificado en territorio israelí, disparó contra una patrulla israelí y lanzó miles de misiles hacia poblaciones del norte de ese país.
En ese entonces, los líderes mundiales pronunciaron numerosos discursos en los que prometían luchar contra el rearme del Hezbolá, e incluso aprobaron una resolución de la ONU en la que se estipula que ningún arma no autorizada sería suministrada al Líbano. A pesar de esto, el Hezbolá ha logrado rearmarse, y su actual arsenal de armas supera el que poseía antes de la guerra.