Wolverhampton 1-Manchester United 4 / Sin susto no sería el United
Exhibición de Bruno Fernandes, con doblete y asistencia, para acercar a los ‘red devils’ a la Champions League. Los ‘wolves’ rompieron una racha de 5 partidos sin marcar.
Los jugadores del Manchester United celebra uno de los goles de Bruno Fernandes ante el Wolverhampton.DARREN STAPLESEl Manchester United se repuso, se aferró a otras dos genialidades de su capitán en forma de asistencia y gol, y acabó llevándose tres puntos de un Molineux Stadium en ruinas y con un ambiente desolador para pegar un salto de seis puestos en la clasificación. Los red devils, con 25 puntos, ya son sextos. Los mismos que el Chelsea. Los seguidores locales, que entraron más tarde al partido a modo de protesta y se marcharon del mismo mucho antes del pitido final, despidieron a los suyos entre “olés”... con 1-4 en el luminoso. La 13ª derrota del curso liguero les deja a 13 puntos de la salvación... y un paso más cerca de la Championship.
Bruno y el United, quiénes si no
El balón echó a rodar en un Molineux Stadium casi vacío, con las gradas desangeladas. Al menos, mereció la pena. Antes de que regresaran a sus asientos, entre cánticos de “We want Fosun out”, los grupos de aficionados que se habían quedado fuera durante los primeros 15 minutos de partido, Diogo Dalot tuvo una gran oportunidad para adelantarse en el marcador. Se topó con Sam Johnstone. Lo que no se perdió la parroquia local al completo, alcanzado el minuto 25, fue el 0-1 del Manchester United. Un gol surrealista tan propio de ser encajado por el Wolverhampton como anotado por los red devils.
Las gradas del Molineux Stadium durante el partido ante el Manchester United.Phil NobleEl tanto de Bruno Fernandes, quién si no, fue toda una concatenación de infortunios. Porque André regaló el balón tras una buena presión de Casemiro. Porque Matheus Cunha, solo en el área rival, optó por dejarle el balón a su capitán y le acabó dando un pase horrible. Y porque Bruno Fernandes, a pesar de resbalarse y chutar cayéndose, consiguió colar su disparo entre las manos de Johnstone.
El gol, sin embargo, generó un efecto contrario en ambos equipos. Más allá de que Toti Gomes salvase, sobre la línea, el 0-2 de Matheus Cunha, el Manchester United se relajó y los pupilos de Rob Edwards, liderados por Bellegarde, dieron un paso al frente. Y en cierto modo se puede decir que el 1-1, obra del único futbolista local que lo intentó hasta que su cuerpo le dijo “basta”, fue hasta merecido.
Tras varios intentos del ‘27′ del Wolverhampton por dignificar a su equipo, a base de contragolpes y disparos desde la frontal, Bellegarde enganchó una gran volea en el punto de penalti tras un centro lateral. El atacante francés, de nacionalidad haitiana, rompía así, al filo del descanso, una racha de cinco encuentros consecutivos sin ver portería. Desde el 26 de octubre no marcaban un gol los wolves. Y claro, no había rival más propicio para ello que el Manchester United de Ruben Amorim.
Bruno fue Lobo
El problema es que todo se torció en 10 minutos. Para el Wolverhampton, claro. El 1-2 era cuestión de tiempo con una defensa tan desguarnecida y sorprendentemente adelanta como la del equipo de Rob Edwards y, en el 52′, llegó. El enésimo pase en profundidad, esta vez de Matheus Cunha, encontró a Dalot. Y este encontró, con un pase de la muerte y para que definiera a placer, a Mbeumo. El tanto visitante llegó de la mano de la lesión de Bellegarde, la cual permitió al español Fer López, quien podría volver cedido al Celta de Vigo en enero, tener minutos en Premier League casi dos meses después. Desde el 18 de octubre.
Bryan Mbeumo y Bruno Fernandes, jugadores del Manchester United, celebran el gol anotado por el camerunés ante el Wolverhampton.DARREN STAPLESBruno Fernandes aprovechó, ya con Lisandro Martínez y Leny Yoro sobre el césped, para seguir agrandando su leyenda como red devil. Y también para ahondar en la herida de unos wolves tétricos. Absolutamente condenados. Primero con una asistencia y, minutos después, con su segundo tanto de la noche. Es un futbolista histórico el portugués.
En una mezcla de defectos locales y virtudes visitantes, la enésima catástrofe defensiva del Wolverhampton permitió al capitán del Manchester United filtrar un pase perfecto para la entrada desde atrás de Mason Mount. El inglés, de media volea con el interior y sin dejarla caer, sentenció el encuentro. Y por si no estaba lo suficientemente visto para sentencia, la mano con la que Mosquera taponó el disparo de Diallo y la llamada del VAR al colegiado de campo se encargaron de poner la guinda. Bruno Fernandes asumió la responsabilidad desde los 11 metros y, clavando el balón en la esquina de la meta local, devolvió al Manchester United a la senda del triunfo.


