Turquía arrestó a más de cien presuntos integrantes del Estado Islámico que planeaban ataques en Navidad y Año Nuevo

La fiscalía de Estambul aseguró que los sospechosos preparaban atentados contra celebraciones de no musulmanes. La operación incluyó redadas en 124 puntos de la ciudad y la incautación de armas

Infobae

Las autoridades turcas detuvieron a 115 personas sospechosas de integrar el grupo terrorista Estado Islámico, a las que acusaron de preparar ataques durante las celebraciones de Navidad y Año Nuevo en Turquía, según informó este jueves la fiscalía de Estambul.


De acuerdo con las primeras investigaciones, la Policía recibió información de inteligencia que apuntaba a planes de atentados contra “no musulmanes en particular” durante las festividades, y puso en marcha una operación antiterrorista para neutralizar la amenaza.

La intervención se materializó en redadas simultáneas en 124 ubicaciones de Estambul. En ese despliegue, las fuerzas de seguridad capturaron a 115 de los 137 sospechosos buscados, mientras que 22 seguían sin ser detenidos al cierre del parte oficial.

Las autoridades reportaron el decomiso de varias pistolas y munición, además de documentación vinculada a la organización, sin ofrecer detalles sobre objetivos específicos, cronogramas operativos ni el grado de avance del supuesto plan.

El comunicado tampoco precisó si se trataba de una estructura con mando unificado o de múltiples células, ni si los sospechosos habían recibido instrucciones desde el exterior. La fiscalía indicó que la investigación continúa y que las fuerzas de seguridad mantienen operativos para localizar a los prófugos.

La alerta sobre atentados en fechas simbólicas tiene precedentes en Turquía: el Estado Islámico reivindicó el ataque del 1 de enero de 2017 contra el club Reina, en Estambul, en el que murieron 39 personas durante las celebraciones de Año Nuevo. Reuters reconstruyó entonces el impacto del ataque y el perfil del atentado como golpe contra un espacio asociado a la vida nocturna y el turismo.

Agentes de la policía turca
Agentes de la policía turca resguardan la zona tras un ataque atribuido al PKK cerca del Ministerio del Interior en Ankara (Europa Press/Archivo)

Aquel episodio dejó una marca en los dispositivos de seguridad en la ciudad y explica por qué cada fin de año se refuerzan los controles en zonas turísticas, centros comerciales, lugares de culto y áreas de ocio, con especial atención a puntos de alta concentración de público.

Aunque el Estado Islámico perdió su “califato” territorial en Irak y Siria, distintos análisis coinciden en que el grupo conserva capacidad para sostener redes clandestinas, propaganda y nodos regionales, con estructuras adaptativas que sobreviven a la presión policial y militar.

En paralelo, informes de Naciones Unidas han advertido sobre la persistencia de la amenaza vinculada al Estado Islámico y sus afiliados, incluyendo dinámicas de reclutamiento transnacional y riesgos asociados a combatientes extranjeros y redes de apoyo, un fenómeno que preocupa especialmente en corredores próximos a Medio Oriente y Asia Central.

Para Turquía, la frontera sur y el entorno regional siguen siendo un factor estructural del riesgo: el país quedó expuesto durante años a flujos de combatientes, contrabando y tramas logísticas vinculadas a la guerra en Siria, y las investigaciones antiterroristas suelen explorar conexiones entre células locales y redes externas.

El episodio ocurre además en un momento en que la actividad del Estado Islámico mantiene relevancia en el plano internacional: Estados Unidos anunció el 19 de diciembre de 2025 ataques contra objetivos del grupo en Siria tras un ataque mortal contra tropas estadounidenses, subrayando que la organización sigue operativa pese a sus derrotas territoriales.

Con las detenciones de esta semana, el foco inmediato pasa por la evidencia judicial: qué tan concretos eran los preparativos, qué capacidad real tenía la red para ejecutar atentados y si la investigación logra identificar financiamiento, facilitadores y posibles blancos, en un calendario —Navidad y Año Nuevo— que históricamente concentra tanto visibilidad pública como vulnerabilidades de seguridad. 

Entradas populares