McLaren se mete un gol en propia puerta y lleva el desenlace del Mundial hasta Abu Dabi

Zak Brown, director de McLaren, asume el gatillazo de su equipo en Qatar, que hace posible perder un título que parecía cantado

Oriol Puigdemont
El País
La metedura de pata propició que Max Verstappen, el que nunca falla, sumara su séptima victoria y se volviera a meter de lleno en la fiesta por un título que se decidirá el domingo que viene, y en el que sus opciones han crecido de forma evidente por obra y gracia del garaje de enfrente. El triunfo recoloca a ‘Mad Max’ el segundo en la tabla general, en la que ahora figura 12 puntos por detrás de Norris, el único que depende de sigue dependiendo de sí mismo para llevarse el premio gordo. Piastri es ahora tercero, con cuatro puntos menos que el holandés y con una desventaja de 16 sobre su vecino, el más cabreado de todos al salir de Doha.

“Ya no hay nada que pueda hacer ahora; siempre fui a contrapié”, resumió Norris, con el gesto desencajado, nada más bajarse del coche. “No hemos hecho un trabajo demasiado brillante”, ironizó el muchacho de Somerset, a quien Zak Brown, el director de la estructura británica, pidió disculpas por un fallo que puede acarrear unas consecuencias incalculables, tanto a nivel de prestigio como de índole económico. “Cometimos un error y decepcionamos a nuestros pilotos. Hemos regalado una victoria y un doble podio. Tenemos deberes para entender por qué leíamos tan mal la situación que se nos presentó delante”, declaró el ejecutivo californiano. Verstappen, como es lógico, aplaudió el desliz de sus oponentes, por más que aún no quiere significarse con vistas a lo que pueda pasar en Abu Dabi. “Hemos conseguido un gran resultado en un fin de semana que, a priori, tenía que ser muy complicado. Y seguimos en la pelea”, celebró el buque insignia de Red Bull, que tiene más cerca de lo que inicialmente se esperaba, poder conseguir el repóquer: “Todo es posible, pero sigo sin preocuparme por ello”.

Las cuentas están bastante claras, sobre todo para Norris. Si sube al podio del Yas Marina, la última parada del calendario, será campeón independientemente de lo que hagan los demás. Verstappen y Piastri lo tienen un poco más complicado. La opción más viable para el primero de ellos sería que ganara y que Norris no terminara en el podio, mientras que las mayores posibilidades del australiano pasan por eso mismo, y que su vecino de taller no cruce la meta entre los cinco primeros. “No tengo palabras, pero es evidente que no acertamos. Piloté lo más rápido que pude; no me dejé nada en la pista; pero no fue suficiente. Evidentemente, es algo que tenemos que debatir como equipo”, lamentó el muchacho de Melbourne, que encaró el domingo como el gran favorito tras llevarse la sprint, y la ‘pole’, y que se fue con la cara que se le queda a una sardina al sacarla del congelador.

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