Este Mundial no lo ha ganado el mejor

En la F1, muchas veces, hay que estar en el sitio adecuado, en el momento adecuado.

Juan Gutiérrez

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Ganó Lando Norris, triunfó el mejor coche, pero no se coronó el mejor piloto. Esa es la sensación que ha dejado el desenlace de la Fórmula 1. Ocurre con cierta frecuencia. Así, a bote pronto, nos viene el nombre de Jenson Button o alguna edición de Sebastian Vettel. En la F1, muchas veces, hay que estar en el sitio adecuado, en el momento adecuado. Lando, por ejemplo, fue compañero de escudería de Carlos Sainz, que decidió salir de Woking para fichar por Ferrari. No le fue mal, pero a Norris le ha ido mejor. Por allí, por cierto, también pasó, y se desesperó, Fernando Alonso. Nunca se sabe cuándo los ingenieros van a dar con la tecla. Y cada uno es responsable de su propias decisiones de futuro.

Norris, que es un buen piloto, pero no excepcional, ha ganado el Mundial porque ha llevado el mejor McLaren de los últimos tiempos, pero aun así solo ha despegado en dos puntos a Max Verstappen, que ha tenido una última recta apoteósica. Cuatro meses antes, tras Hungría, estaba a 97 puntos del líder, Oscar Piastri, y a 88 de Norris. Para rebasar al británico le ha faltado un suspiro. Al australiano, de quien llegó a estar a 104 puntos, sí se lo ha merendado. Más de cien puntos es mucha remontada. Para eso hay que ser muy bueno. Y enlazar una racha brutal: diez podios desde Holanda, con seis victorias, tres en las tres últimas carreras. En Abu Dabi hizo lo que tenía que hacer: vencer. Pero Norris también firmó su objetivo y se coronó campeón con un podio, tercero, y sin necesidad de cebarse. Cada uno cumplió con su labor. Verstappen ha hecho todo lo que estaba en su mano. Y si ha perdido este Mundial, no ha sido ahora, sino por las locas decisiones de Montmeló. Su temperamento le hace ganar carreras. Y perder títulos. En cualquier caso, Mad Max ha sido el mejor. El propio Lando, con cierta ironía, ha instado a los periodistas a escribirlo. Y eso hacemos.