El Congreso chileno destituyó en un juicio político a otro ministro de la Corte Suprema
Diego Simpertigue es el tercer juez del máximo tribunal en ser removido de su cargo este año por notable abandono de deberes y sus nexos con la “Trama Bielorrusa”
InfobaeEn un nuevo episodio que da cuenta de la profunda crisis por la que atraviesa el Poder Judicial chileno, la tarde de este lunes el Senado aprobó la Acusación Constitucional (AC) por notable abandono de deberes contra el ministro de la Corte Suprema, Diego Simpertigue, quien se convirtió así en el tercer juez del máximo tribunal chileno en ser removido de su cargo este año.
Bastaba conque dicho capítulo se aprobara para sellar la suerte del ahora exministro, cosa que sucedió por unanimidad.
La caída de Simpertigue se suma este 2025 a la de los también supremos Ángela Vivanco y Sergio Muñoz -amén de la remoción de los jueces de la Corte de Apelaciones de Santiago, Antonio Ulloa y Verónica Sabaj-, lo que deja en evidencia la crisis de credibilidad que afecta al Poder Judicial tras constantes casos de faltas a la probidad y graves falles estructurales en el sistema.

La acusación
Impulsado por un grupo de diputados oficialistas, en el primer capítulo del juicio político contra Simpertigue se le acusó de falta notable al deber de probidad, abstención e imparcialidad por subirse a cruceros por Europa con los abogados del consorcio Belaz Movitec, Mario Vargas y Eduardo Lagos, y luego fallar a favor de dicha empresa en el juicio contra Codelco, provocando pérdidas para la empresa cuprífera por mas de USD 12 millones.
En el tercer capítulo, que fue aprobado, se le cuestionó por infringir la imparcialidad al participar en la resolución del proyecto inmobiliario EcoEgaña y, semanas después, realizar un crucero junto a los abogados de dicha empresa, los mismos que representaban a Belaz Movitec.

El mea culpa
Durante el juicio, Simpertigue sostuvo en su defensa que “no ha existido ninguna irregularidad” en su actuar y que los gastos en los viajes cuestionados fueron pagados de su propio bolsillo. Tras aprobarse la AC, visiblemente afectado aseguró que su error fue “haber sido demasiado inocente frente a situaciones de las cuales debí haberme dado cuenta“ y deslizó el ser una especie de chivo expiatorio.
”Me han hecho responsable de la crisis del Poder Judicial (...) Mi carrera la he conducido durante muchos años en forma honesta, no tengo nada que decir contrario a eso. Estoy muy agradecido del Poder Judicial y la verdad es que a pesar de lo que ha ocurrido tengo la frente en alto. Los senadores dijeron que aquí no había corrupción y, por lo tanto, yo estoy absolutamente tranquilo y si el Poder Judicial debe hacer alguna autocrítica, eso ya no me corresponde”, remató el defenestrado exministro.


