Desde España aseguran que el príncipe heredero saudí quiere comprar al Barcelona por 10 mil millones de euros

Se trata de Mohammed Bin Salman, quien estaría interesado en adquirir el club con la idea de continuar con la expansión de Arabia Saudita dentro del fútbol. Sin embargo, el modelo de propiedad del Culé se presenta como el principal impedimento para que esto suceda.

TyC
En las últimas horas, la noticia conmocionó al mundo del fútbol. Es que el periodista François Gallardo afirmó, en el programa El Chiringuito de España, que el príncipe saudí Mohammed Bin Salman estaría dispuesto a desembolsar nada menos que 10 mil millones de euros para adquirir la propiedad de Barcelona.

Dicha operación responde a la estrategia de expansión de Arabia Saudita en el deporte, que inició hace ya algunos años con la lliga local, en la que hay jugadores de renombre jugando allí como Cristiano Ronaldo, Sadio Mané, entre otros. En ese sentido, la entidad catalana aparece como una opción con la cual reafirmarían su posición dentro del fútbol.

Según dijo Gallardo, la institución culé tendría una enorme deuda de más de 2500 millones de euros, un monto que parece impagable, al menos en el corto plazo. Teniendo en cuenta eso, la oferta de 10 mil millones de Bin Salman le permitiría saldar ese déficit y tomar por completo el control del club.

Sin embargo, el principal impedimento para que la operación se concrete es el modelo de propiedad de Barcelona, ya que es una entidad que pertenece a sus socios. De esta forma, los miembros no permitirían que el equipo pase a manos extranjeras.

Bin Salman Trump
Mohammed Bin Salman mantiene fuertes vínculos con Donald Trump, presidente de Estados Unidos (GettyImages).

Detrás de todo esto aparece el Fondo de Inversión Pública (PIF, por sus siglas en inglés), principal impulsor de la expansión del fútbol saudí hacia todo el mundo, sobre todo en occidente y el más interesado en hacerse con la propiedad del elenco catalán. La única opción viable para una inversión saudí en Barcelona es que se haga una separación del área de entretenimiento respecto de la estructura futbolística, en la que el PIF pueda ingresar dinero pero sin estar en contacto con la gestión deportiva ni en el día a día del equipo.

Más allá de que la intención existe, por estas horas es muy poco probable que suceda, sobre todo por el modelo de propiedad de Barcelona.

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