Boliviana de Aviación funciona con la mitad de su flota y el Gobierno estudia acuerdos para revertir la crisis
La compañía estatal afronta retrasos y cancelaciones frecuentes por falta de mantenimiento y repuestos, acumulando además un déficit financiero y deudas con proveedores internacionales
InfobaeLa aerolínea estatal de Bolivia, Boliviana de Aviación (BoA), opera con solo la mitad de su flota, según reveló este martes el nuevo gerente general de la entidad, Juan José Galvarro.
En paralelo, BoA reportó que entre enero y octubre de 2025 acumula un déficit de 215 millones de bolivianos, y arrastra una deuda de 37 millones de dólares con arrendadores y talleres de mantenimiento
Ese contexto —definido por la falta de mantenimiento, carencia de repuestos y una reducción efectiva de aviones disponibles— ha generado críticas de usuarios y sectores privados, que cuestionan la capacidad de la aerolínea para ofrecer un servicio confiable y competitivo, además de activar pedidos para implementar una política de “cielos abiertos”.
Si bien Galvarro descartó que la empresa vaya a ser privatizada, el ministro de Obras Públicas, Mauricio Zamora, señaló que no se descarta una alianza público-privada para estabilizar la empresa.

Según Zamora, hay inversionistas y empresas interesados en BoA en Argentina y Brasil, con quienes aseguró que ya hubo negociaciones. “La idea es que el país mantenga la mayoría, lo que está claro es que necesitamos un manejo privado porque ellos cuidarán a detalle el centavo. Estamos escuchando propuestas, lo bueno es que hay interés”, señaló en una entrevista radial.
Como parte de la respuesta a la crisis operativa en el corto plazo, BoA puso en marcha un plan de contingencia orientado a estabilizar la programación de vuelos y mejorar la eficiencia del servicio en el corto plazo. “Hemos presentado un plan de activación inmediato, pero significa que debo conseguir 270 millones de bolivianos para que tengamos los 13 o 14 aviones para diciembre, que es época alta”, afirmó el ministro.
BoA fue creada mediante decreto durante el gobierno de Evo Morales (2006-2019) y entró en funcionamiento en 2009 con el propósito de restablecer la conectividad aérea del país luego de la desaparición de Lloyd Aéreo Boliviano (LAB).
Con la desaparición de competidores como AeroSur y otras aerolíneas privadas, BoA se convirtió en el principal proveedor de vuelos domésticos y actualmente es la única que cubre todas las rutas nacionales.
Sin embargo, la aerolínea ha enfrentado fuertes críticas: usuarios, analistas y autoridades han denunciado demoras reiteradas, cancelaciones, fallas técnicas en aeronaves, deficiencias en mantenimiento, problemas de puntualidad y cuestionamientos por supuestas irregularidades administrativas, lo que genera dudas sobre su capacidad de garantizar un servicio confiable y seguro.
Meses antes de ser inscrito como candidato, Rodrigo Paz manifestó en una publicación que, de ser presidente, se comprometería a “abrir los cielos del país” desde el primer día de su Gobierno para que “cualquier empresario tenga seguridad jurídica plena para proteger sus inversiones”. Esta posición fue respaldada por el ministro Zamora, que a pocos días de ser posesionado en el cargo, señaló que era necesario “romper con el monopolio” de la aerolínea.
En este escenario, la evolución de BoA dependerá de la capacidad del Gobierno para asegurar los recursos necesarios para abordar la crisis operativa y definir el alcance de una eventual participación privada. Las decisiones que se tomen en los próximos meses determinarán si la empresa puede lograr estabilidad y ser competitiva en un mercado que podría abrirse de manera inminente a nuevos operadores.


