Rüdiger se suma a la ecuación
Rüdiger pisa césped y su recuperación (lesión en el recto anterior de su pierna izquierda) encara la recta final, 10 semanas después de romperse. Volverá ante Elche u Olympiacos.

Y lo hace dentro de los plazos más optimistas marcados por el club. El Neükolln se rompió el pasado 12 de septiembre. En el entrenamiento previo al viaje a San Sebastián sintió un pinchazo y, tras pasar por las manos del cuerpo médico, se confirmó el pronóstico. Dolencia grave y entre 10 y 12 semanas de baja. Ahí comenzó a picar piedra. Con prudencia, pero sin pausa. El siguiente paso, realizar ejercicios de contacto e ir incorporando trabajo grupal, con sus compañeros. De sus sensaciones en esa fase dependerá la fecha definitiva de regreso. Pero el viernes 21, dos días antes del viaje, se cumplirán esas 10 semanas. Y no irá mucho más allá. En el club hay cierto optimismo. Si no es el Elche, será el Olympiacos. Dos meses y medio después de romperse, Rüdiger está cerca de ver la luz.
No está siendo un 2025 sencillo para el alemán. Se trata de la segunda lesión de cierta gravedad que enlaza, tras la de finales de abril. Consecuencia al esfuerzo y al sacrificio realizado por el central, que jugó durante meses con molestias en la rodilla. Entonces pasó por quirófano, para operar un desgarro parcial en el menisco externo izquierdo. Y volvió a tiempo para el Mundial de Clubes (solo se perdió la primera jornada). Pero, casi a la primeras de cambio, después de haber disputado solamente 90 minutos (contra el Oviedo en el Tartiere), llegó el segundo revés.
“Lo volvería a hacer”
“Lo que pasó fue una locura. Pero lo volvería a hacer si fuera necesario. Estaba dolorido, pero así soy yo. Siempre quiero ayudar y todavía podía esprintar. Por eso dije: ‘¿Por qué no?’. Lo volvería a hacer". Así explicó en Alemania, y reconoció, Rüdiger el sacrificio realizado durante el curso pasado. Y también avanzaba que pronto volvería a la acción: “No hay nada que odie más que estar lesionado. Ya falta poco. Necesitaba este tiempo, porque la pretemporada después del Mundial de Clubes fue muy corta. Necesitaba este tiempo para desconectar, tanto mental como físicamente. Estoy feliz de regresar“. El descanso del guerrero, para volver más fuerte.
Necesario, después de una 2024-25 donde se exprimió al máximo. A pesar de la operación, de perderse las últimas jornadas de Liga (utilizó su sanción de seis partidos tras la final de Copa para pasar por quirófano), disputó 4.539 minutos y fue titular en 49 de los 55 encuentros que jugó. Muchos de ellos, la gran mayoría, con esas molestias en la rodilla que le atormentaron. Y que espera sean parte del pasado.
Horizonte
Cuando se lesionó era indiscutible y ahora le toca luchar por ese rol. Con un Huijsen que ha perdido fuelle en las últimas fechas (y un Asencio al alza). Para volver a emparejarse con un Militao que es indiscutible como jefe de la zaga. Para demostrar que, a sus 32 años y con el contrato en cuenta regresiva (termina el 30 de junio de 2026), hay Rüdiger para rato.


