Real Madrid / Continúa el mal de altura

El Madrid tiene una deuda con los partidos grandes. Ha caído en las dos salidas duras de este curso... y el año pasado, en nueve noches claves. Courtois reconoce un problema a domicilio

Sergio López
As
Coleccionista de cerros, exiguo de ochomiles. Esa es la radiografía; en eso se resume. En que a veces no es cuestión de ganar mucho, sino de hacerlo el día que toca. En ese partido con olor a final; con audiencia de título. Ante un rival grande, en una noche grande. Esa sigue siendo la tarea pendiente del Real Madrid. Ser un gigante ante los gigantes. Además de mandar rivales a la lona en cuadriláteros modestos, hacerlo cuando toque contienda en el Madison Square Garden. De hecho, el problema no viene a ser tanto el tallaje del oponente, sino el hecho de pelear a domicilio. Ahí, hay una gran deuda. Está siendo la herida del Madrid de Xabi Alonso. Cumplir... en las noches de enjundia. Quitarse el mal de altura.

Es su mancha en el currículum. Van 15 partidos, con 13 victorias. Un dato espectacular, que no invita al alarmismo. “Hay que mantener la calma, estamos bien”, esbozaba Courtois en los pasillos de Anfield. Mesura en la tesitura. Un ejercicio de amansar a las fieras de la crítica; tanto de dentro, como de fuera de su propia afición. Pero ante ese mismo micrófono, confesó un evidente: Debemos mejorar ante equipos fuertes, sobre todo fuera de casa; (pausa) en el Bernabéu estamos muy bien, pero fuera... podemos mejorar un poco. Dicho y repetido. Blanco y en botella.

Continúa el mal de alturaMac Allister hace el 1-0, de cabeza.JAVIER GANDUL

‘Sólo’ dos derrotas

De hecho, transparente. Las únicas dos derrotas esta temporada... han sido en las únicas salidas de enjundia. No es casualidad; es una tarea pendiente. Metropolitano y Anfield. In that order. Tándem de tropiezos con alarmismos dispares. Lo del derbi fue un descalabro con pocos precedentes, sonrojante, bochornoso; lo de Liverpool, una gripe con −aparentemente− menos fiebre. Pero de dolor de cabeza, igualmente. Ese que siente quien sabe que hay algo de déjà vu en el presente. Otra vez una noche grande y otra vez, una caída.

Continúa el mal de alturaLa tristeza en el Real Madrid tras el 4-2 del derbi.JAVIER GANDUL

Historial preocupante

Es algo que viene de atrás: el Madrid zozobró en nueve noches importantes, la temporada pasada. Una barbaridad. Para empezar, Anfield. Otra vez. Aquel 2-0 que fue un preludio de lo que sería esa Champions: 1-0 en el Metropolitano (con suerte agónica en forma de tanda de penaltis) y 3-0 en el Emirates (noche de infausto recuerdo). En Liga, dos Clásicos y dos derrotas: 0-4 y 4-3. De hecho, el Madrid llegó a encadenar cinco Clásicos sin ganar. Los cinco primeros de Flick.

Tampoco ganó en una de las salidas más complicadas de Liga: San Mamés (2-1). Algo anecdótico, ante lo que viene a continuación. La noche de sentenciar el billete a la final de Copa... 4-4 agónico, contra la Real Sociedad (3-4 en los 90′) y al llegar a la final, derrota (3-2). Mismo desenlace que en la final de la Supercopa de España, pero incluso más doloroso (2-5).

Continúa el mal de alturaMbappé porta el balón tras un gol del Arsenal.JESUS ALVAREZ ORIHUELA

Asoma una maldición

Ahora, llega Vallecas. Un estadio que no se le da bien, en la historia reciente: no lo asalta desde 2022. Y entonces, con un escueto 0-1, tras un gol de Benzema. Desde aquella noche, tres salidas y tres pinchazos: 3-2 (temporada 2022-23), 1-1 (temporada 2023-24) y 3-3 (temporada 2024-25). “Tenemos un partido muy duro ahora; hay que estar completamente enfocados... hay que ganar”, deslizaba Carreras, en Anfield. Fue la última declaración en zona mixta, de hecho. Asoma otra salida compleja... y hay una deuda pendiente.

La victoria en el Clásico de esta temporada (2-1) ha espantado algún fantasma. Pero el panorama −ya lo ven− es prácticamente la mansión de Casper. El Madrid pierde poco; pero pierde mucho contra los grandes. Es lo que le está pasando, en su historia más reciente. Es una deuda, una tarea pendiente. El presente pasa por Vallecas, pero antes de Navidad, por ejemplo, llegará San Mamés. Una oportunidad para resarcirse... o para agrandar la herida. La tarea pendiente está clara: volver a ser grande, ante los grandes. Más allá de ganar mucho, hacerlo en las noches importantes. Dejar de ser un coleccionista de cerros... y empezar a clavar banderas en ochomiles.

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