Portugal 0 (6) - Brasil 0 (5) / Portugal, final Mundial
La selección lusa avanza a una codiciada final tras un tenso partido que se decidió desde los once metros.
En el otro lado de la moneda está el combinado luso, que tras un intercambio de golpes constante en el que ninguno de los dos combinados fue capaz de imponer su juego, sí supo mantener la calma en la pena máxima. Fue Portugal el encargado de controlar la posesión del esférico, pero los visitantes aguantaron atrás, y supieron sufrir sacando petróleo de las ocasiones puntuales con las que contaron. Tras los 90 minutos reglamentarios los errores de Ruan Pablo y Candido llevaron a Portugal a una codiciada final por primera vez en su historia.
Ruan Pablo no firmó un buen partido, fallando su penalti en la tandaEFE/ Ricardo MaldonadoLas figuras que habían deslumbrado en las goleadas brasileñas de principios del torneo se han ido diluyendo a medida que crecían las exigencias defensivas. Ruan Pablo y Dell, señalados tempranamente como herederos de las grandes referencias, terminaron prácticamente desconectados del juego, siendo unos de los jugadores con menos intervenciones en el juego, con apenas 28 y 20 toques al balón respectivamente, y fallando su penalti en el caso del joven extremo.
El partido dejó claro que unas semifinales nunca fueron sencillas. La primera parte transcurrió en un equilibrio tenso, con fases de dominio alterno. Brasil golpeó primero con varias oportunidades que Dell no logró transformar, mientras que Portugal cerró el tramo inicial imponiendo su plan, asentado cerca del área rival y sostenido por un Cabral dominante en cada duelo.
La segunda mitad cumplió con el guion establecido, y la igualdad reinó dejando de lado a las estrellas, para que fueran los errores los que decantaran el partido. Ni Cabral para los portugueses, ni Dell para los brasileños, lograron deslumbrar y llevar el liderazgo que tanto se ha esperado de cada uno de ellos. Pifia en un caso, historia en el otro, y una final ya dibujada en esta cita mundialista


