Plan Mastantuono
Piano piano con su pubalgia. Nadie marca plazos. El jugador, en paralelo, trabaja en potenciar su tren inferior. En sus dos últimos años en River ganó 10 kilos.
Como con su adaptación al club. Desde el minuto uno conectó con Xabi Alonso. Por su capacidad técnica, por ser uno más en los entrenamientos casi desde su aterrizaje. Y también por una intensidad que es inherente al de Azul. "Tiene mucha calidad, pero me encanta lo competitivo que es. Luego hay que ordenarlo, pero ese gen competitivo es fundamental", le halagó públicamente. A ambos les une una gran relación. Por el potencial del joven y porque hablan un idioma futbolístico similar.
Y esa es la principal razón detrás de esa confianza profesada casi desde el inicio en un chico de 18 años. De esas 9 titularidades (en 12 partidos). De esos 689 minutos que le colocan por delante de muchos. De hecho, es el décimo jugador más utilizado. Un tiempo de juego que no ha sido exprimido en lo estadístico (solo un gol y una asistencia), pero que no preocupa ni al futbolista ni a la entidad. Se entiende que es parte del proceso, del desarrollo, y por eso se valora esa importancia menguante (previa a la lesión) como algo natural. Preocupación, cero.
Y se trazan comparativas con fichajes similares para atemperar las conclusiones. Mirarse en el espejo de los Vinicius, Rodrygo, Valverde o el propio Endrick, que, a pesar de llegar con su misma edad, siguieron (o están siguiendo en el caso del 9) un proceso mucho más lento. Por eso, Mastantuono y el club valoran muy positivamente estos meses iniciales. Un tiempo que no ha hecho sino probar como acertado el plan ideado previamente. Un plan para potenciar su físico, para mejorarlo. Algo que lleva haciendo desde su explosión mediática a los 16 años.
10 kilos más
Por aquel entonces, Franco, como es natural, era todo talento, pero más liviano. Y el pibe se puso manos a la obra. Con un plan específico, en consonancia con las indicaciones de River, que le llevó a ganar mucha masa muscular. También peso, pero todo medido milimétricamente. Para que su fútbol no perdiera agilidad. Para no perder su esencia. Para llegar a Europa más hecho. Y desde que comenzó a picar piedra fuera de Ezeiza, a hacer mucha hora extra, Mastan ganó 10 kilos en total. Los resultados, que Xabi le viera suficientemente preparado como para convertirle en importante casi desde su presentación.
El foco, en el tren inferior
Y ahora, en el club blanco, el foco sigue en lo físico. Aunque no tanto en fortalecer la parte superior. En ese aspecto se busca mantenimiento, mientras que la orientación principal está centrada en el tren inferior. Por un lado, para prevenir lesiones. Para reducir al mínimo los problemas musculares a los que jugadores como Franco, explosivos, se enfrentan. Además de mucho ejercicio de core. Para realizar un fortalecimiento paulatino de una zona ligada a la que ahora atormenta al futbolista.
Y por otro, para ganar en estabilidad, potencia (centrada especialmente en aceleración) y resistencia muscular. Ingredientes para que el cóctel sea cada día más completo. La pubalgia es un bache en el camino, pero se busca que el parón sea terapéutico. Poco a poco volver a tocar balón, realizar trabajo de contacto. Hasta que sea el dolor permita volver y, siempre consciente, de que es una dolencia de la que es complicado librarse. Un plan con la calma como leitmotiv.


