M. City 0 - B. Leverkusen 2 / Guardiola se la juega… y pierde
El Manchester City acusó los diez cambios que el catalán realizó en el once inicial, y terminó siendo superado por un Leverkusen eficiente.
Flekken tuvo que reaccionar rápido en el quinto minuto para sacar un remate de Aké desde cerca, pero el City estuvo espeso y faltó de garra. También de velocidad, sobre todo a la hora de replegarse. El Leverkusen aprovechó para enlazar varios contraataques, hasta que en uno de ellos logró ponerse por delante. Kofane recibió en el área, aguantando bien antes de cruzar a la izquierda, donde apareció Grimaldo, raudo y decidido. Trafford no tuvo opción alguna de sacar la volea del valenciano. Antes del descanso, Reijnders tuvo la mejor ocasión local. Arrancó después de recibir de González, plantándose en el área y disparando duro, pero directo a Flekken.
En el intermedio, Guardiola trató de deshacer el entuerto. Aceptó las consecuencias del mal inicio de los suyos y metió a Foden, Doku y O’Reilly en el césped. El City ganó entonces en intensidad, pero no en brillo, y a los diez minutos de la reanudación, Shick dobló la ventaja de los alemanes. Se movió bien en el área para adelantarse a Aké y cabecear un centro de Maza a la red. Mazazo para los celestes. Guardiola volvió a reaccionar. Haaland y Cherki saltaron al césped con la misión de dar la vuelta al marcador en menos de media hora. Ocho minutos necesitó el noruego para gozar de dos buenas ocasiones. Pero desaprovechó las dos. Perdió un mano a mano con Flekken en el 70’, y remató desviado en el 73’. Cherki también tuvo su oportunidad, pero Flekken salió nuevamente al rescate.
Noticias relacionadas
La artillería pesada del City no amedrantó al Leverkusen. Los visitantes construyeron un muro frente a su meta, compacto, impenetrable. Y tuvieron paciencia cuando se encontraron con el balón en los pies. Tranquilos, listos. Encontrando siempre a un compañero con espacio, y acechando la meta de Trafford también. No le hicieron ascos a marcar un tercer tanto. Tampoco les hizo falta al remate. Siguió empujando el cuadro de Guardiola, aunque sin acierto. Pasaron los minutos y decayó la confianza. También en la grada, que se vació antes de tiempo. Aguantó cómodamente el Leverkusen, mientras su hinchada acaparaba decibelios en el Etihad. Especialmente tras el pitido final.




