Liverpool 1-4 PSV / Drama de Konaté, tragedia del Liverpool

Una pobre actuación ante el PSV Eindhoven termina en una nueva derrota de los reds, que siguen en caída libre. El central francés, dramático.

Xavi Heras
As
Slot dijo en la previa que el Liverpool no es un club que esté acostumbrado a perder. Esa es, sin embargo, su tónica de los dos últimos meses. Han perdido nueve de los doce partidos que han disputado. El último, una humillación a manos del PSV Eindhoven (1-4). El campeón holandés aprovechó el mal momento de su homólogo inglés para lograr la primera victoria en Anfield de su historia. Los reds siguen haciendo aguas. Hundido. La crisis es seria.

No hubo deseo de lavar su imagen respecto a la derrota frente al Forest del fin de semana. Ni amor propio, ni confianza. Solo dudas. A los cinco minutos, Van Dijk saltó a defender un córner con los brazos en alto y terminó provocando el penalti con el que Perisic abrió la lata. Pese al momento que atraviesa el Liverpool, en Anfield no cundió el pánico. Y diez minutos más tarde, entre Gakpo y Szoboszlai despertaron a su equipo. El holandés dejó atrás a Dest antes de entrar en el área y sacar un disparo que Kovar palmeó… hacia donde estaba Szoboszlai, que marcó a placer. Empate.

Anulado el gol de Yarek

Yarek marcó nuevamente apenas dos minutos después, pero los visitantes vieron su tanto anulado por un fuera de juego. Pasado el susto, el Liverpool se hecho hacia adelante. Van Dijk estrelló un cabezazo contra el larguero, y Kovar tuvo trabajo para evitar que Ekitiké, Salah y Gakpo pusieran por delante al equipo local. Estuvo eficiente el checho.

A lo que sí está acostumbrado Anfield es a ver carreras sobre el césped. Un juego vibrante y eléctrico. Quien lo puso el martes fue el PSV, especialmente en la segunda mitad. Un preciso eslalon y un precioso pase de Junior permitió que con un toque, Til adelantase nuevamente a los holandeses.

Bajó la cabeza el Liverpool. Le temblaron las piernas, como a Konaté en el minuto 73. Se hizo un lío y permitió que Pepi arrancase hacia la meta de Mamardashvili. Disparó contra el poste, pero el jugador más despierto, nuevamente, fue uno del PSV. Driouech cazó el rechace y marcó el tercero. Se vaciaba la grada, se agotaba la paciencia de la hinchada local. Hubo tiempo para que Driouech marcase nuevamente para asestar un nuevo golpe a un rival, el Liverpool, que ya estaba inmóvil en la lona.

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