Las primeras imágenes de Jair Bolsonaro detenido en la sede de la Policía Federal de Brasilia
El ex mandatario brasileño fue visto brevemente cuando se despedía de su esposa Michelle, quien lo visitó este domingo
InfobaeJair Bolsonaro, ex presidente de Brasil, se dejó ver brevemente este domingo en la entrada de la sede de la Superintendencia de la Policía Federal de Brasilia, donde permanece bajo detención preventiva. El momento, inusual por la exposición pública del ex mandatario, ocurrió tras la visita de su esposa, Michelle Bolsonaro, quien permaneció cerca de dos horas en el lugar antes de retirarse sin hacer declaraciones. Bolsonaro no salió del edificio y solo se lo pudo ver tras una puerta de cristal, en medio del proceso judicial que lo mantiene privado de libertad por riesgo de fuga y manipulación de su tobillera electrónica.

El exjefe de Estado, de 70 años, había estado en prisión domiciliaria desde agosto, en el marco del proceso por el que fue condenado por liderar una trama golpista para impedir la toma de posesión de Luiz Inácio Lula da Silva tras las elecciones de 2022. La decisión judicial se precipitó después de que las autoridades detectaran, a las 00:08 del sábado, la manipulación de la tobillera electrónica que controlaba los movimientos de Bolsonaro, lo que activó las alarmas sobre un posible intento de fuga.

El equipo médico que lo atendió tras la detención señaló que la confusión mental podría estar relacionada con la ingesta de pregabalina, un antiepiléptico cuya prescripción fue suspendida. No obstante, los médicos aseguraron que el estado de salud de Bolsonaro es “estable” y que no sufrió percances durante su primera noche bajo custodia. El ex presidente permanece recluido en una sala reservada de 12 metros cuadrados, equipada con cama, baño privado, televisión, aire acondicionado y un pequeño refrigerador. El acceso a visitas está estrictamente restringido y requiere autorización judicial expresa.

La defensa de Bolsonaro, encabezada por los abogados Celso Vilardi y Paulo da Cunha Bueno, anunció la presentación de un recurso ante la Corte Suprema para revertir la prisión preventiva. Los letrados expresaron su “profunda perplejidad” por la medida, argumentando que “pone en riesgo su vida” debido al “delicado” estado de salud del exmandatario, quien arrastra secuelas de una puñalada sufrida en 2018 y ha reportado crisis de hipo, vómitos y mareos. Además, cuestionaron la base legal de la detención, señalando que, pese a los supuestos indicios de fuga, Bolsonaro fue arrestado en su domicilio, con la tobillera electrónica y bajo vigilancia policial. También criticaron que la decisión judicial se apoye en la vigilia convocada por Flávio Bolsonaro, defendiendo el derecho de reunión y la libertad religiosa garantizados por la Constitución, según la segunda fuente.
El contexto judicial de Bolsonaro se agrava por los antecedentes de otros aliados y familiares, como el diputado Eduardo Bolsonaro y el exdirector de la Agencia Brasileña de Inteligencia Alexandre Ramagem, quienes abandonaron el país en circunstancias similares. Junto al expresidente, varios ex altos funcionarios y militares, entre ellos Alexandre Ramagem, Almir Garnier, Anderson Torres, Augusto Heleno, Mauro Cid, Paulo Sérgio Nogueira y Walter Souza Braga Netto, recibieron penas de entre 16 y 26 años de prisión. La condena de 27 años y tres meses impuesta a Bolsonaro por la Primera Sala del Supremo Tribunal Federal lo señala como “jefe” de una organización criminal armada responsable de intentar impedir la toma de posesión de Lula. Los recursos de apelación presentados por la defensa ya han sido rechazados por unanimidad, dejando el cumplimiento de la condena como un hecho inminente, según la segunda fuente.
Mientras se resuelven los recursos legales, Bolsonaro permanecerá bajo custodia en la sede de la Policía Federal de Brasilia, en condiciones de reclusión especiales y con acceso restringido a visitas. La situación del expresidente, marcada por la vigilancia judicial y el debate político, mantiene la atención tanto dentro como fuera de Brasil.
La determinación de la Justicia brasileña se mantiene firme y el proceso avanza hacia el cumplimiento de la condena impuesta, sin que el gobierno prevea más comentarios sobre el caso.


