Koundé y Balde, para lo bueno y para lo malo
Los dos laterales están rindiendo muy por debajo de lo que ofrecieron la temporada pasada, tanto en defensa como en ataque.
El buen entendimiento entre Balde y Raphinha en la banda izquierda y entre Koundé y Lamine en la derecha destrozó a los rivales del Barcelona en el curso pasado. Entre bajones de rendimiento y lesiones, estos cuatro jugadores no han podido tener continuidad en este primer tramo de temporada. Y el equipo, lógicamente, se ha resentido.
Balde, por ejemplo, firmó diez asistencias de gol en el curso 2024-25 y logró marcar un gol en los 47 partidos que disputó. Por culpa de una lesión muscular se perdió cinco partidos en el mes de septiembre y parece que le está costando volver a coger su máximo nivel. Apodado ‘el avión’ por su velocidad, ni está brillando excesivamente en ataque (lleva dos asistencias (Elche y Olympiacos) y en defensa está sufriendo para contener los ataques rivales.
Lo de Koundé es todavía más sorprendente. Clave para Flick pese a las dos suplencias iniciales, es titular indiscutible y solo dejó de jugar en la última jornada por dolor en el pie. Pese a tener continuidad, está lejos de la solvencia y el nivel que enseñó la temporada pasada, en la que tuvo números excelentes con cuatro goles (uno el que dio el título de la Copa del Rey) y ocho asistencias de gol. En lo que llevamos de esta temporada está con un gol (Real Sociedad) y una asistencia en el duelo de Champions contra el Newcastle. En defensa está teniendo desconexiones de concentración y es mucho más fácil superarlo.
En el cuerpo técnico y en la dirección deportiva esperan una reacción de ambos jugadores en los próximos partidos. La confianza en los dos futbolistas es absoluta. El francés renovó este verano hasta 2030 y Balde es el lateral que fue capaz de sentar en el banquillo a Jordi Alba y que, en forma, ha demostrado ser un futbolista decisivo para el equipo. Termina contrato en 2028.


