El bloque prorruso mantiene el control en la región serbia de Bosnia tras unos comicios marcados por denuncias de fraude
Sinisa Karan, aliado del líder nacionalista Milorad Dodik, ganó las elecciones y perpetúa la política separatista en la región
InfobaeLas elecciones anticipadas en la República Srpska, la región de mayoría serbia dentro de Bosnia y Herzegovina, terminaron este domingo con la victoria de Sinisa Karan, aliado del líder nacionalista y prorruso Milorad Dodik.
La votación se celebró después de que Dodik fuera destituido y apartado de la vida pública por seis años tras desobedecer decisiones del alto representante internacional, Christian Schmidt.
La República Srpska es una de las dos entidades que conforman Bosnia y Herzegovina desde el acuerdo de paz de Dayton, firmado en 1995 para poner fin a la guerra que dejó cerca de 100.000 muertos.
El país funciona bajo una estructura institucional compleja: la entidad serbia y la Federación —compuesta por bosníacos y croatas— operan con amplias competencias internas, sujetas a un gobierno central con poderes limitados. Este delicado equilibrio ha sido puesto a prueba por la agenda separatista de Dodik, quien durante años ha amenazado con desvincular la República Srpska y avanzar hacia una unión con Serbia.
La elección presidencial era clave para determinar si la región se alejaba de ese rumbo o si lo reforzaba. Karan, actual ministro de Desarrollo Científico y Tecnológico, hizo campaña bajo el lema: un voto para él era un “voto por Dodik”.
La votación transcurrió con una participación cercana al 31%, de acuerdo con cifras oficiales preliminares. Más de 1,2 millones de personas estaban habilitadas para votar. Organizaciones locales de observación reportaron irregularidades, como falta de material electoral, presiones sobre votantes, restricciones a supervisores y violaciones del período de silencio informativo. La oposición aseguró que estos hechos afectaron el desarrollo del proceso.
El Partido Democrático Serbio (SDS), principal fuerza opositora, rechazó el resultado y denunció que la voluntad ciudadana había sido alterada. Afirmó contar con documentación sobre irregularidades en varios centros y solicitó repetir la votación en determinadas ciudades.
“Robaron la voluntad electoral de los ciudadanos”, declaró el bloque opositor tras conocerse los primeros datos.
El SNSD, partido gobernante, proclamó la victoria de Karan incluso antes de que la autoridad electoral presentara sus cifras preliminares. Tras ser señalado como ganador por su partido, Karan acusó al alto representante Schmidt de intentar interferir en el proceso político de la entidad.
“Schmidt y sus partidarios quisieron interrumpir un sistema de gobierno que lleva tres décadas. No cedo. Continuaremos con más fuerza”, señaló. También afirmó que “el pueblo serbio dio hoy una respuesta contundente a cualquier extranjero, a cualquier usurpador”.
Dodik, cuya condena por desacatar decisiones del alto representante desató la crisis que llevó a estas elecciones, celebró el resultado como una reafirmación de su liderazgo.
“Querían destituir a Dodik mediante un proceso injusto. Ahora tienen dos Dodiks y nos tendrán que mirar a diario”, expresó. El dirigente ha rechazado las decisiones judiciales en su contra y considera que la intervención internacional vulnera la autonomía de la República Srpska.
La campaña estuvo marcada por dos proyectos contrapuestos. Karan defendió la continuidad del modelo actual y respaldó la narrativa nacionalista de Dodik, quien en repetidas ocasiones ha calificado a Bosnia como un Estado fallido.
Blanusa, profesor universitario y figura nueva en la política regional, propuso combatir la corrupción y frenar lo que denomina “captura del Estado” por parte del SNSD. Contó con el apoyo de los principales partidos opositores, aunque sin lograr imponerse.
El mandato obtenido por Karan durará menos de un año, ya que Bosnia celebrará elecciones generales en octubre del próximo año. Aun así, el resultado confirma que el bloque de Dodik mantiene el control sobre la entidad serbia en un momento en que el país enfrenta su mayor tensión política desde la posguerra.
Observadores internacionales han advertido que las acciones del dirigente prorruso ponen en riesgo la estabilidad interna y el marco institucional acordado tras el conflicto.


