“Daría todo mi dinero por estar sano”: el testimonio más crudo del fútbol de élite

Muchos futbolistas admiten haber convivido con el sufrimiento, las dudas y el desgaste mental. Testimonios de Cazorla, Isco, Gerard Moreno, Ansu Fati...

Marta Trabanca
As
Samuel Umtiti, campeón del mundo y exjugador del Barcelona, ha vuelto a poner palabras a una realidad que muchos futbolistas de élite conocen demasiado bien: convivir con el dolor. El francés recordó esta semana cómo sus últimos años como profesional fueron una lucha constante contra su rodilla y contra sí mismo. “No tenía vida…”, confesó, explicando que las lesiones lo empujaron al aislamiento, a la frustración y a un desgaste mental que él mismo relaciona con episodios de depresión. Su relato encaja con el de otros grandes nombres del fútbol, figuras que también han tenido que lidiar con lesiones interminables y que, con el tiempo, han dejado declaraciones tan duras como reveladoras sobre lo que significa jugar cuando el cuerpo deja de acompañar.

Gerard Moreno es uno de ellos. El delantero del Villarreal, puso voz a un sufrimiento que suele esconderse en partes médicos y plazos de recuperación. He odiado a mis isquios, no salen de mi cabeza, confesó tras un año lleno de recaídas. “Ha sido un año muy duro. Muchas lesiones y muchas recaídas…”. Gerad explicaba que no había día en que no pensara en esa zona: “No hay día que no me acuerde un momento de los isquios…”. Y asumía que lo mental pesa casi más que lo físico “¿Lo peor de una lesión? Lo anímico… es una situación difícil y no voy a mentir”. Su testimonio mostraba lo que esconden los silencios, obsesión, miedo y la sensación de perder la estabilidad.

“Daría todo mi dinero por estar sano”: el testimonio más crudo del fútbol de éliteGerard Moreno, lesionado en un partido con el Villarreal.

Luis Suárez también ha convivido durante años con un dolor constante. En su etapa final en España ya arrastraba un deterioro serio en la rodilla derecha y nunca ocultó que competir era, para él, un ejercicio de resistencia. “Por dentro tengo un desgaste de cartílago y eso golpea el hueso”, admitió, explicando que en muchos partidos solo podía jugar tras inyecciones y tratamientos específicos. Contó que los primeros pasos al levantarse eran “muy dolorosos” y que pocos imaginaban el esfuerzo que hacía para poder rendir. Su entorno lo resumió en una frase cruda: “Mañana puede tener dolor o puede no tenerlo… jugará depende de su dolor”. Detrás de cada gol y cada carrera había una rodilla que llevaba tiempo diciendo basta.

“Daría todo mi dinero por estar sano”: el testimonio más crudo del fútbol de éliteLuis Suárez, en un partido con Inter Miami.JOHNNIE IZQUIERDO

Marco Reus, uno de los talentos más brillantes de Europa, dejó una de las confesiones más recordadas: Daría todo mi dinero por estar sano y poder jugar al fútbol”. Reus ha vivido una década marcada por lesiones que le arrebataron Mundiales, finales y continuidad. Pero lo más duro, según él, no era el músculo ni el ligamento: “Ves a tus compañeros entrenar y tú estás aparte. Eso te deprime”. El alemán hablaba desde un lugar donde la soledad pesa más que la propia lesión. Un lugar que tantos conocen pero pocos se atreven a describir.

Gareth Bale vivió en el Real Madrid uno de los periodos más determinantes de su carrera… y también uno de los más frustrantes a nivel físico. Durante sus ocho temporadas en el Bernabéu acumuló 32 lesiones y 658 días de baja, una cifra que acabó desgastando por completo su relación con la afición. En sus últimos meses como madridista, la tensión estalló cuando se borró de un Clásico por una molestia menor y, tres días después, lideró a Gales en la repesca mundialista ante Austria. Ante las críticas, Bale se defendió con una frase que resume su convivencia con el dolor: “Siempre tengo molestias, pero estoy preparado para jugar, sea como sea. Desde que sé que teníamos que jugar esta repesca, me he centrado solo en este partido”.

“Daría todo mi dinero por estar sano”: el testimonio más crudo del fútbol de élite
Lesión de Bale.Alberto Martín

Su último capítulo como jugador del Madrid también llevó la firma de una lesión: mientras el equipo celebraba la 35ª Liga, Bale se ausentó de la fiesta y se explicó con un mensaje que dejaba ver el desgaste acumulado: “Estoy muy decepcionado por no poder participar en las celebraciones de esta noche debido a un espasmo en la espalda, pero estoy muy orgulloso del equipo”. Detrás de la caricatura del futbolista distante, quedaba la realidad de un cuerpo que llevaba años enviando señales de alarma.

Ansu Fati es otro ejemplo de cómo la carrera de una promesa puede torcerse por una lesión. Él mismo recordó que vivió casi un año sin poder jugar tras su fractura: “Hubo muchos días de sufrimiento y dolor, pero también de mucho aprendizaje”. Con el paso de las intervenciones y recaídas, mantuvo un mensaje de esperanza: Estoy trabajando para conseguirlo… volveré a ser el de antes”. Su rodilla, marcada por varias operaciones en el menisco, exigirá cuidados para siempre. Para Ansu, la victoria ahora es otra, volver a sentirse futbolista.

“Daría todo mi dinero por estar sano”: el testimonio más crudo del fútbol de éliteAnsu Fati, en un partido con el Mónaco.JOHN THYS

Santi Cazorla representa quizá el ejemplo más extremo de supervivencia. Pasó por varias operaciones en el tendón de Aquiles, llegó a someterse a ocho quirófanos solo en un tramo de su calvario, sufrió infecciones, perdió masa ósea… y llegó a temer por su propia movilidad. “Llegué a pensar que no volvería a jugar al fútbol a mi nivel”, confesó. Y durante meses su objetivo ni siquiera fue el balón: “Quería poder caminar sin dolor”. Su regreso, después de un injerto de piel y un proceso casi quirúrgico al milímetro, fue un milagro. Regresó al Villarreal, volvió a sonreír y más tarde, con 40 años, al Oviedo. Su vuelta es la prueba de que no todas las batallas se pierden.

No todos logran regresar. Otros aprenden a convivir con el miedo, como Isco Alarcón, que está a punto de reaparecer tras otra lesión grave. En la presentación de su documental confesó: “El miedo no desaparece”. Añadió que, incluso en sus primeros entrenamientos, cualquier golpe le hacía temblar: “Hoy me han dado un golpe y me he asustado”. Y explicó cómo se reconstruye un futbolista: “Cuando te lesionas, empiezas desde cero… es un constante aprendizaje. Trabajo y más trabajo”. Isco admitió que su ilusión, más allá de la recuperación, es demostrar que aún tiene fútbol para competir por un gran torneo: “El sueño está ahí… jugar un Mundial es una de las cosas más grandes”.

Alphonso Davies, estrella del Bayern, dejó una de las confesiones más duras de los últimos años: Tengo toda la rodilla jodida. Fue un shock. Quise llorar. Es triste, muy triste. Contó que el impacto mental fue devastador: “Físicamente duele, pero mentalmente es agotador… Tuve un colapso mental. Me derrumbé”. Su vuelta que se esperaba para octubre se retrasaría para enero del 2026.

Y, al final, uno de los cierres más simbólicos lo puso David Silva. Preparaba su última temporada cuando una lesión de rodilla lo obligó a retirarse antes de tiempo. No hubo épica, no hubo una última noche heroica. Solo un cuerpo que ya no podía más. En su despedida, en un abarrotado Anoeta, dijo: “Estoy muy agradecido por tantos homenajes”. Era una frase sencilla, pero en ella estaba todo. La pena de marcharse antes de lo previsto y la aceptación de que, a veces, la lesión no te permite elegir.

“Daría todo mi dinero por estar sano”: el testimonio más crudo del fútbol de élite
Entrada en la que se lesionó David Silva.Denis Doyle


Estos jugadores muestran hasta qué punto las lesiones pueden condicionar carreras de primer nivel. Son trayectorias distintas, pero todas apuntan al mismo lugar, la alta competición exige convivir con el dolor y gestionar lo que ocurre cuando el cuerpo dice basta. Son testimonios que ayudan a entender mejor una realidad tan presente como poco contada.

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