Chelsea 3- Barcelona 0 / Baño de realidad en Stamford Bridge
Ante el desafío que suponía enfrentarse al equipo más joven de la Premier y que se toma los partidos como se toman las cosas la gente joven, es decir, a toda pastilla, Flick optó por mantener a Eric en el centro del campo junto a De Jong y Fermín. La gran novedad en defensa era Araújo. Era partido para que el capitán luciera galones sobre el césped y en el juego aéreo. La decisión resultó nefasta a la postre.
La dinamo del Chelsea apabulló al Barcelona desde el inicio. Disparo a los tres minutos de Estevao, que Balde desvía a córner y en el saque de esquina, gol de Enzo anulado por manos de Fofana, que le robó el balón a Lewandowski. Manos claras, pero imperdonable que dentro del área el polaco quisiera sacar la pelota como si estuviera en un rondo de entrenamiento.
La declaración de intenciones del Chelsea estaba sobre la mesa y ante ella sólo respondió Lamine Yamal de entrada con dos asistencias de lujo a Ferran, que falló incomprensiblemente ante Robert Sánchez y otra a Fermín. Luego, el de Rocafonda se fundió ante un Cucurella inmenso.
A partir de ahí, ya todo fue un tormento para el Barcelona, que desde el minuto 20 ya estaba sacando agua de la barca con el Chelsea en plan banco de tiburones cercando la balsa de los náufragos.
A los 23 minutos Enzo, todo un dolor de muelas, vio como le anulaban el segundo gol de la noche. Remató una absurda falta lateral que cometió Koundé sobre Garnacho en un justísimo fuera de juego.
El Chelsea seguía a toda revolución y el Barça perdido. Era cuestión de tiempo que llegara el gol. Pudo llegar en un uno contra uno de Neto ante Joan García y en otro disparo del pesado de Enzo, pero el guionista del fútbol tenía registrado un giro de guión absurdo. Porque mira que el Chelsea se había merecido marcar, pero si ellos no pueden, ya el Barça se lo hace. En una jugada de cine cómico, Koundé y Ferran se hicieron un lío para rechazar un centro de Cucurella que rebotó como un pin-ball en sus pies y no pararon hasta que la carambola acabó con la pelota dentro de la red de Joan García.
El Barça estaba muy tocado y no sabía como parar el partido y ahí es donde un capitán debería de liderar al equipo. Pues bien, Araújo hizo todo lo contrario. Lo desquició y lo dejó a los pies de los caballos. Primero protestando exageradamente una falta a Lamine Yamal al árbitro por lo que ya vio la amarilla y minutos después redondeó el desastre con una entrada a destiempo a Cucurella que dejó al Barça con uno menos justo antes del descanso. Doce minutos le bastaron para poner la soga al cuello a su equipo.
Estaba por ver cómo afrontaba Flick el desaguisado. Tirando la manta para atrás para evitar un roto y buscar una contra o tirando la manta para delante para ir a la heroica. Fue lo segundo. Retiró del campo a Ferran para dar entrada a Rashford.
Fue más postureo que otra cosa, porque el partido se siguió jugando cerca de Joan García. Tanto que a Andrey Santos le anularon otro gol por fuera de juego. El tercero de la noche. Y entonces llegó Estevao para marcar un gol de bandera que ya dejaba claro que 35 minutos por delante, el Barça podía salir muy mal parado del Bridge. Delap marcó el tercero a pase de Enzo. Y aún quedaban 20 minutos, pero para suerte de los catalanes, el Chelsea tiene el próximo domingo una cita más de su nivel: el Arsenal de Arteta.

