Atlético 2 - Oviedo 0 / Primero Sorloth, después descanso
El Atlético arrasa con un doblete de Sorloth, y dos asistencias de Hancko, a un Oviedo tierno y sin puntería. Cazorla, ovacionado.
Había meritorios (Pubill), regresos (Oblak), nuevo carrilero zurdo en la línea de cinco (Nico) y punta nueva (Griezmann-Sorloth) en el once del Cholo, además de descanso de inicio para Giménez, Barrios, Giuliano y Julián. Carrión apostaba por el regreso de Carmo y por Hassan en lugar del sancionado Chaira. Además de su Mago, un campeón de Europa: ese Cazorla que no solo es leyenda en Oviedo, también lo es un poco de todos. Pero es que Simeone tenía a su prestidigitador en la hierba. Ese Baena cuyas botas dirigen, mejoran jugadas y encuentran pasillos en rivales que salen a cerrarlos todos. Porque si el plan de Carrión era candarlos, se quedó en el papel: en realidad el Oviedo compareció sin jugar, sin morder y sin amenazar.
Pronto fue un juguetito pintado de azul en manos de un Atlético rápido y fluido que empezó a lloverle a Aarón como si estuvieran en Asturias. La primera gota cayó en el minuto seis: un chut de Sorloth que el portero atrapó tras un rechace. La segunda, en el 12’: Sorloth, de nuevo, al llegar libre para rematar, en el segundo palo, un córner prolongado en el primero. La pelota se le fue alta, sin embargo. Sería la tercera la que, en el 16’, a Aarón le reventara los guantes. Baena, claro, estuvo ahí, para acelerar una gran jugada colectiva que el Metropolitano celebró con su canción favorita. Esa que dice gooooool.
Porque Baena no solo encara, y la pide, y la juega, es que con su linterna señala el camino. Era el jugador a fichar para que no duela tanto cuando se acabe Griezmann. Como Nico el último día de mercado. Qué banda izquierda le dejó el verano al Cholo, un cuchillo de obsidiana, los más afilados del mundo. Nico entregó la pelota a Baena para que éste se la sirviera al espacio a Hancko, quien de un centro raso asistió a Sorloth. El noruego finalizó a placer y a la red porque ayer en la hierba estaba el 9 que es, aunque a veces no le salga. Pero El Sicario huele que se viene el Barça y está cargando las botas de pólvora.
Diez minutos más tarde sumaba un doblete, tras un centro de Hancko, hacerse un llavero con Carmo y batir a Aarón de volea. El Oviedo terminó la primera parte saludando al menos a Oblak. Pero poco más. Rondón nunca remataba con tino, Colombatto y Dendoncker eran invisibles y Hassan en ataque bien pero en defensa fatal. Cazorla a sus 40 años y Viñas no solo eran los mejores de Carrión, también los únicos. La banda derecha del Oviedo era un butrón gigantesco hacia Aarón.
Regreso sin Baena
Tras el descanso, Baena no regresó. En su lugar estaba Giuliano. El Atlético también pareció haberse quedado en la ducha. El Oviedo entonces ganó metros y confianza. Carrión adelantó líneas y le dio más cuero a Cazorla. ¿Resultado? Que su equipo tenía el balón ante un Atleti que, sin Baena y con el paso atrás, parecía jugar con los ojos vendados. Le salvaba solo la falta de puntería rival. Porque Viñas cabeceaba alto su ocasión, porque Cazorla pateaba fuera un zurdazo.
A la hora, Simeone introducía cambios: sentaba a su punta de inicio para darle minutos a Julián y a Barrios. Mejoró su equipo. Volvió a jugar con los ojos abiertos al menos. Costas evitaba el hat-trick en asistencias de Hancko entrometiéndose en un pase de gol que le dio a Nico. No habría más tantos ni más pupa al Oviedo. Gallagher erraría una y Giuliano, otra. El Atleti jugó los últimos minutos contemporizando mientras el Metropolitano despedía en alto a Koke y también a Cazorla, ambos patrias queridas. La cabeza ya está en lo que viene. Barça, Athletic y PSV. Todos fuera, finalizado este dulce noviembre en casa.


