Real Madrid | Valverde / No le gusta, pero funciona
Valverde volvió a jugar de lateral derecho tras la polémica que suscitaron sus declaraciones en Almaty. El uruguayo rindió una vez más y recibió los elogios de Xabi.
AsArreció la tormenta y el Bernabéu vio en acción al tercer mejor lateral del mundo, como lo clasificó Ancelotti hace menos de un año. El que no nació para jugar de lateral, pero cuando lo hace da lustre a la posición. El que, como también diagnosticó Carletto, tiene el problema de que puede rendir a un gran nivel en muchas posiciones. Fede Valverde regresó al once contra el Villarreal, lo hizo como lateral derecho y volvió a dejar constancia de que, pese a que no sea su posición ideal, su compromiso le hace cumplir con creces allí donde le requiera su entrenador.
La borrasca nació en la sala de prensa del Estadio Central de Almaty y se disolvió en las gradas del Bernabéu, donde atronó el cántico hacia el Halcón en el tramo final del partido. Un Valverde en modo capitán y a disposición de su entrenador, que le dedicaba elogios tras el encuentro. “Siempre está dispuesto a jugar donde le toque y ha hecho un grandísimo partido defensiva y ofensivamente. Ha ayudado mucho al equipo. Siempre es muy generoso con el equipo”, decía Xabi.
La necesidad apremiaba. Sin Carvajal ni Trent. En Almaty, Asencio; contra el Villarreal, Valverde. Jugando en esa posición para la que no nació, ni tampoco creció aprendiendo a desempeñarla. Aunque los hechos lo pongan en duda. No le gusta, pero funciona. “Todos hemos visto cómo ha jugado y ha hecho un gran partido”, insistía Xabi. Fue el tercer jugador más activo en el juego del Madrid, con 91 intervenciones. El que más centros al área puso (4, como Vinicius). El que, junto a Tchouameni y de nuevo Vinicius, más balones recuperó (6). Nadie hizo más entradas que él (4, de las que ganó 3) y de los cuatro pases que interceptó el Madrid, dos fueron de Tchouameni y los otros dos del uruguayo.

Eso en el apartado del compromiso, porque también aportó en ataque. De principio a fin. Probó suerte dos veces desde fuera del área, en el 9’ y en el 94’, aprovechando ese disparo que Ancelotti le estimuló a explotar arriesgando su título de entrenador. Y Bellingham estuvo a punto de marcar su primer gol de la temporada (y que hubiera supuesto el 3-0 en ese momento) en un exquisito centro raso de Valverde.
Un bendito problema
“No nací para jugar de lateral, no crecí tampoco aprendiendo a jugar en esa posición. No me siento cómodo porque hay muchas cosas y virtudes que yo no las tengo, como cerrar atrás en defensa”, lamentaba Valverde en Almaty. El llanto en la previa de Champions no habría pasado a mayores de no ser por su no alineación en el partido y la pasividad con la que se vio a Fede en su condición de suplente.
 Valverde disputa un balón a Moleiro en el partido contra el Villarreal.JESUS ALVAREZ ORIHUELA
Valverde disputa un balón a Moleiro en el partido contra el Villarreal.JESUS ALVAREZ ORIHUELA“No se puede decir que me niego a jugar. Tengo una buena relación con Xabi para decirle qué posición me gusta más. Pero siempre le hice saber que estoy disponible para cumplir en cualquier lugar”, publicaba en sus redes sociales el miércoles para apagar el incendio, reiterando lo que ya había expresado en el origen de la polémica. “Uno intenta estar a disposición, aprender una nueva posición y estar a lo que quiere el entrenador. Intento dar lo mejor de mí y demostrar actitud en esa posición”, había dicho el martes.
Pero faltaba por ver la decisión de Xabi en una situación de necesidad, sin Trent ni Carvajal. Si en su regreso Valverde volvía al centro del campo o a las lentejas del lateral. Fue lo segundo. “Es un lateral fantástico. Su problema es que puede jugar a este nivel en muchas posiciones; y el del entrenador, elegir su mejor puesto para el equipo”, aventuraba Ancelotti en noviembre del año pasado. Un dilema que ahora está en manos de Xabi. Y que Valverde, aunque sea contra su voluntad, alimenta con su rendimiento.


