Real Madrid - Barcelona / Un ‘roto’ de arriba a abajo
La incertidumbre defensiva del Barça apunta a todo el bloque. Presiona y se posiciona peor, y así acaba expuesto. Los problemas son evidentes.
El Barça defiende peor porque presiona de manera desorganizada y con menor pasión. En ese marco, los datos deslizan esa impresión. Por ejemplo, contra el Sevilla, en la goleada reciente (4-1), firmó su partido con menos acciones de presión. Además, sus medias también han caído: recupera cinco balones menos por partido, suma también casi dos robos menos en zonas avanzadas y el porcentaje de acierto de pases del equipo contrario en su propio campo ha subido dos puntos porcentuales. Esto ocurre porque las distancias entre jugadores se han agrandado. No es el mismo bloque compacto de la campaña anterior, que viajaba agrupado hacia delante y hacia atrás. Ahora se producen saltos a destiempo al no haber sincronía de los futbolistas y se aprieta menos al poseedor. Así se abren espacios por fuera y por dentro que ante rivales de buena técnica desarman al equipo blaugrana.
Robos en zonas avanzadas de la pasada temporada en Liga.
Robos en zonas avanzadas en esta Liga.Aunque no ha logrado ponerle remedio, parece que Flick tiene detectado el problema. “Siempre hablo del posicionamiento, de estar bien situados. Si estás muy lejos, pierdes porque has de correr demasiado. Esto te mata en defensa. Hay que presionar y mejorar en el posicionamiento”, refirió Flick, en la previa del Olympiacos, sobre la realidad de su equipo.
Las dificultades actuales del Barcelona también arrojan alguna lectura en clave individual. Flick ha echado de menos a Raphinha, el jugador del tercio ofensivo más disciplinado y activo tras la pérdida. No se discuten los méritos de Rashford, pero en este registro su aportación es menor —dos recuperaciones menos por encuentro— respecto a la del brasileño . El inglés es un jugador poco intenso en los acosos y a nivel táctico no termina de ubicarse de la mejor forma. La salida por el lateral la regala muchas veces (ver imagen superior), pero en el interior tampoco orienta la presión como debe. En cualquier caso, no es la única pieza que desentona en este aspecto del juego. Lamine también se ha relajado, afirmación que se sustenta en la estadística con su promedio de un robo menos en zona ofensiva por partido.
Esta presión descompensada del Barcelona también viene provocada por no controlar los partidos como hacía antes. Sus ratios de posesión apenas han variado, incluso se han incrementado hasta el 70,5% en LaLiga, pero lo cierto es que al equipo de Flick le cuesta algo más juntarse en campo contrario e incurre en pérdidas evitables que dan pie a las transiciones de los rivales. No se da el tiempo suficiente para asegurar su dominio, y se parte por el eje, quedando desabrigado ante la posible pérdida. Tampoco gobierna la segunda jugada, entre otras razones por la brecha abierta en los desplazamientos medios y largos de los rivales. Si los centrocampistas están lejos de los delanteros o los defensas de los centrocampistas, el daño está hecho.
Distancia entre líneas, pérdida de la segunda jugada y poca presión al poseedor con la zaga adelantada.La fragilidad de la estructura afecta de lleno a la línea defensiva. No hay mayor verdad que el Barça añora la presencia de Iñigo Martínez, no solo por sus propias condiciones, sino por el liderazgo que transmitía y las correcciones tácticas que hacía a sus compañeros. A partir de ahí, sin el central vasco, tiene que recomponerse. Hasta ahora, no traslada ninguna imagen de solidez porque se desatienden las vigilancias y, sobre todo, al no advertirse armonía entre los cuatro de atrás. No es un tema de nombres. Da igual que juegue Eric, Cubarsí, Araújo, Balde o Gerard Martín. Se trata de un desbarajuste colectivo.
Cada jugador de la línea defensiva está a una altura. Vanat, solo por dentro.Al mismo tiempo, los rivales también han tomado la medida a la línea adelantada de Flick. La visita al Rayo Vallecano resultó muy instructiva en este sentido. Iñigo Pérez ordenó atacar desde atrás la espalda de los laterales y colocó a Isi por dentro partiendo siempre en fuera de juego para que después hubiera siempre opción de remate. El PSG también rompió al equipo blaugrana así, y Sevilla o Girona usaron mecanismos similares.
Isi parte en posición de fuera de juego y el Rayo ataca por los costados.Con la zaga colocada casi en el centro del campo y una presión defectuosa por las distancias entre líneas, el Barça despeja el camino de su portería a unos adversarios que explotan sus defectos. En el pasado reciente tiene la solución.


