Portugal 1-0 Irlanda / Más locos que Cristiano
Portugal, que disparó 29 veces y falló un penalti con Cristiano, ganó en el 91′ gracias a Rúben Neves y se queda a tiro del Mundial.
Hay días en los que ni llamándose Cristiano Ronaldo sale el sol, aquellos partidos en los que el mejor jugador portugués de siempre es capaz de desesperarse en vez de alegrarse. Días en los que se necesitan otros héroes, otras cabezas, como la de Rúben Neves, salvadora, mágica, que dio tres puntos de oro a Portugal en el minuto 92.
Lisboa explotó al ver que en su 29º tiro a portería lograba, casi en el último aliento, quedarse a las puertas del Mundial. Si gana el martes a Hungría y Armenia pincha, estará en él. Las caras de desesperación de crack de Madeira sustituyeron a las habituales de celebración en una agonía de Portugal que no se explicó desde la lógica, sino desde lo caprichoso del destino.
Las innumerables ocasiones falladas, incluido un penalti parado por Kelleher con el pie de manera milagrosa, dejaron en nada el ímpetu de los de Roberto Martínez, que maniataron a Irlanda hasta encerrarles en el área, aunque sin premio. Fue un monólogo de principio a fin. Un ejercicio de erosión que acabó en desesperación, pues nadie, ni siquiera Cristiano, era capaz de romper la coraza irlandesa.
Penalti fallado
También los palos jugaron en contra de Portugal. El propio Cristiano impacto la pelota violentamente con la izquierda en uno de ellos y el rechace lo falló a puerta vacía Bernardo Silva. Increíble. Siguió insistiendo el cuadro de Roberto Martínez y tuvo ocasiones de todo tipo. Empezó a desesperarse según avanzaban los minutos y Kelleher se hacía gigante, bien rodeado el portero irlandés por un sinfín de escuderos defensivos por delante.
Parecía que las aguas se abrirían cuando el árbitro pito penalti por mano de un jugador de Irlanda al tratar de taponar un disparo desde la frontal. Cristiano cerró los ojos, suspiró y su tiro centrado y flojito lo sacó con un pie y desde el suelo el imbatible Kelleher. Pero no fue Cristiano, sino Rúben Neves, el que desató la locura. Tras un caramelo de Trincao desde la derecha, su cabezazo rompió el muro. Él fue Cristiano esta vez.
