¡Por fin, Independiente!
El Rojo le ganó 3 a 0 a Platense en medio de un lógico clima pesado de la gente con los jugadores y los dirigentes.
En la segunda parte los de Gustavo Quinteros volvieron a mostrar sus falencias en materia defensiva y Platense no lo empató de milagro. En el comienzo del complemento, Ignacio Schor desperdició un clarísimo mano a mano y el Rojo zafó de una piña que lo pudo haber dejado desorientado otra vez. Aunque le costó crecer desde el juego con la ventaja, más tarde llegaría un gran gol de Felipe Loyola y para cerrar la faena llegó el tanto de Lautaro Millán, que puso el 3 a 0 definitivo. Premio merecido no sólo para el mejor de la cancha además lo fue simbólicamente para los chicos surgidos de las inferiores de Independiente. Tantas veces denostadas y tan importantes para volver a levantarse.

Claro que hubo tiempo para escuchar canciones no sólo para los jugadores que igualmente siguen últimos y afuera de todo. También para los ausentes dirigentes que recibieron insultos en banderas y hasta calcomanías. Los principales autores del abandono que sufre Independiente. Obvio que hay culpables que vienen desde antes, pero muchos de esos nunca se fueron. Recibió Néstor Grindetti, también Daniel Seoane, pero la lista puede seguir. Lamentablemente son muchos los que dañan al prestigio de Independiente.
El Rojo ganó y aunque no se salió del fondo y las clasificaciones son una utopía, el fin de semana se vive de otra forma. Con una sonrisa de triunfo, que no cura pero alivia, mientras el tratamiento para recuperar al Rojo es tan necesario como urgente.


