Los viudos de Íñigo

Hansi Flick busca consolidar una nueva pareja de centrales, Cubarsí-Eric, los laterales están lejos de su mejor nivel y falla la presión global.

Sergi de Juan
As
El Clásico ante el Real Madrid no fue una excepción y volvió a quedar demostrado que el Barcelona tiene un problema esta temporada con su defensa. La retaguardia es mucho más frágil que en el curso pasado y no es fiable. Una situación de la que Hansi Flick y su cuerpo técnico son plenamente conscientes pero que se están viendo incapaces de arreglar todavía.

El problema únicamente no reside en los cuatro de atrás. Con el sistema tan arriesgado del equipo azulgrana, la presión global de todo el equipo es clave para que atrás no se sufra tanto. Una mala presión alta condena a los zagueros, que también están fallando en la colocación y la concentración. El gol de Mbappé, fue un claro ejemplo. Bellingham pudo pensar para meter el pase, pero a Cubarsí le ganaron fácil la espalda y Eric Garcia estaba demasiado lejos de él.

En este sentido, el Barcelona sigue echando mucho en falta a Iñigo Martínez, el que hasta en agosto fue el líder de la zaga del conjunto de Flick. Sin él, el sistema defensivo se ha caído y necesita reiniciarse. El entrenador alemán, después de algunas probaturas, busca consolidar la pareja Pau-Eric y les está dando continuidad, pero todavía no acaban de dar la solidez deseada. Comenten algunos errores imperdonables y a veces son excesivamente tiernos.

Los laterales, Jules Koundé y Alejandro Balde, tampoco pasan, precisamente, por su mejor momento. El francés está desconocido, sufriendo algunas desconexiones en los partidos muy poco habitual en él mientras que por la izquierda, el canterano sigue lejos de su esplendor tras regresar de su lesión. El francés también ha tenido algunos problemas físicos.

Sin una buena presión y con una defensa no demasiado sólida, al Barcelona le quedaba Joan García como última fortaleza. El de Sallent tapó muchos errores en partidos pero su lesión hizo daño al equipo. Joan disputó seis partidos y encajó cuatro goles, una media de 0,7 por partido. Hizo un total de 14 paradas. Pese a que Szczesny mantuvo con vida al Barça en el Bernabéu, encaja una media de dos goles por partido.

Esta temporada, el Barcelona sólo ha dejado la portería a cero en tres ocasiones y recibe una media de 1,2 goles por partido. En total, le han rematado 90 veces a portería, una media de nueve por partido, demasiadas para un equipo que funcionase atrás.

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