Las lecciones aprendidas por el Cholo de un parón a otro

El Atleti endereza el rumbo desde el de septiembre y suma brillo con clásicos como Griezmann y Koke pero le falta ganar fuera... y no encajar.

Patricia Cazón
As
De un parón a otro el Atleti ha dejado de sangrar pero aún arrastra debes que le lastran. Pudo el equipo del Cholo dormir durante las dos semanas sin fútbol oficial que vienen en puestos Champions (y a 4 puntos del Barça, 2º, y 6 del Madrid, 1º, cuando pudo estar a 15) pero otra vez no. Otra vez fuera, claro, porque otro parón después esa sigue siendo una lección a estudiar por Simeone. Cuatro partidos ha jugado su equipo esta temporada lejos del Metropolitano y aún no ha sido capaz de plantar la bandera que deje constancia de terreno conquistado en ninguno (ni en Cornellá, ni en Mendizorroza, ni en Son Moix, ni en Balaídos).


Tres empates, una derrota, y esta lección pendiente. Si se mira más allá del propio curso en sí es un drama: en todo 2025, desde enero, solo ha ganado 3 de 14. La última victoria, de la Liga pasada, en Montilivi, cuando tanto el Girona como el propio Atleti ya estaban con la cabeza en lo siguiente (vacaciones para los de Míchel, Mundial de Clubes para los de Simeone).

La recuperación pasa por casa, en ese Metropolitano que siempre es aliento y significa fortín: un Atleti sin derrota esta 25-26. Solo un empate, ante un Elche que se ha revelado como revelación en este comienzo de Liga, y el resto todo victorias, ante rivales de ‘su’ Liga, como el Villarreal y el Madrid, ante el último con manita (5-2) y manotazo a las dudas para ganar tiempo para lo que el Cholo quiere: acoplar bien todas sus piezas. Que hay muchas nuevas. 8 este verano, 15 en dos, casi todos titulares. Y, tras un verano sin apenas pretemporada, se está haciendo camino al andar. Con sus baches.

Recuperación de los clásicos

Aunque de parón a parón también haya habido alegrías, que Koke y Griezmann están de regreso y ya nadie les mira los años. Son Koke y Griezmann y deciden partidos. El capitán demostrando que su orden sigue siendo capital. El francés coronando su Everest particular, ese gol 200 con la rojiblanca que tanto le ha costado alcanzar, y sumando en la creación con ese talento que atesoran sus botas, ese que se tiene o no y al que nunca le salen arrugas. Ellos y Julián, que al fin despertó para volver a picar con ganas, Rayo, Madrid y Eintracht saben, en un Metropolitano que devolvió el color al equipo en tres partidos para espantar las sombras. Antes de volver a jugar fuera. Y que regresaran los debes.

Porque tras este parón el Atleti regresará al fútbol en competición oficial en el Metropolitano (Osasuna) pero después vendrá el Betis y ese Villamarín que hace un año fue un punto y aparte. El Atleti, un guiñapo sobre su hierba de la que después emergió el mejor, el de las 15 victorias seguidas que alcanzó la condición de campeón de invierno. Un Atleti incapaz de cerrar su puerta a los goles: solo en un partido de esta temporada lograron quedarse intactos los guantes de Oblak. Ante el Villarreal. Recuperar la solidez que era adjetivo del Cholo es otro deber. Y urgente.

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