Francia 3-0 Azerbaiyán / Mbappé, recital y preocupación

El delantero, con gol y asistencia, lidera a Francia en el triunfo por 3-0 ante la débil Azerbaiyán. Pidió el cambio en el minuto 82.

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Un huracán llamado Kylian Mbappé, un jugador que está a un ritmo goleador imparable, que se exige el máximo en cada partido, que quiere jugar con su selección incluso con dolores en el tobillo, fue suficiente para que una pobre Francia derrotara por 3- 0 a Azerbaiyán en el Parque de los Príncipes. El delantero abrió la lata con una obra de arte, tras regatear a tres rivales, y asistió a Rabiot en el segundo, antes de pedir el cambio en el minuto 82, por unas aparentes pequeñas molestias, y abandonar andando el terreno de juego sin grandes señales de alarma.


La subcampeona del mundo sigue siendo un equipo timorato, muy aburrido, sin automatismos y dependiente exclusivamente de sus individualidades. Enfrente estaba el rival más débil del grupo, Azerbaiyán, 124 del Ranking Fifa, que salió a París sin nada que perder, tomándose la contienda como una final, a diferencia de Francia, que esperó a que Mbappé se inventara una genialidad. El del Real Madrid pudo abrir el marcador tras el pitido inicial, en el segundo 15, pero su disparo lo desvió Mahammadaliev con una buena parada.

Esa fue, hasta el descuento, la oportunidad más clara de la selección francesa durante 45 minutos, un bagaje paupérrimo a tenor de la debilidad de su rival, que fue creciéndose poco a poco e incluso llegó a creerse que podía tutear a Francia en su estadio. Azerbaiyán no se arrugó y rozó la perfección en defensa, hasta que apareció Kylian Mbappé.

Imparable

El capitán de Les Bleus es un torbellino, una bestia indomable, un superhombre cuando inicia esas arrancadas en la banda izquierda en las que ni una falta puede tirarle al suelo. Cuando todo parecía abocado al 0-0 al descanso, cogió la pelota, dejó a tres rivales clavados y, con un disparo ajustado, con sutileza, firmó un golazo memorable que le colocó a tan solo cuatro goles del récord de Giroud. París, que en su día llegó a recriminarle su salida del PSG, se rindió por enésima vez a sus pies.

También se terminó rindiendo a Adrien Rabiot, abucheado cada vez que tocó el balón por el Parque de los Príncipes, que no olvida su fichaje por el Marsella siendo un ‘titi del PSG’. El mediocentro aprovecho un excelente centro de Kylian Mbappé para sentenciar un partido que tuvo la misma tónica en el segundo tiempo, con una Francia parsimoniosa con el balón y sin pisar el acelerador para evitar lesiones.

Sin embargo, Mbappé notó unas ligeras molestias en el minuto 82 e inmediatamente pidió el cambio a Deschamps. Abandonó el terreno de juego andando y sin aparentes problemas, y su lugar lo ocupó Florian Thauvin, pitado también por su pasado marsellés, también goleador nada más entrar al campo, con una volea espectacular que hizo vibrar al Parque de los Príncipes. Francia acaricia el Mundial.

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