Endrick no rehúye la pelea
El delantero brasileño es el único jugador disponible del Real Madrid que no ha disputado ningún minuto desde su regreso, pero no baja los brazos.
AsEn el fútbol de élite, la paciencia suele ser un lujo que pocos se pueden permitir. Pero Endrick, con apenas 19 años y solo tres como profesional, parece decidido a demostrar que también es una virtud. El joven brasileño, llamado a ser una de las grandes promesas del Real Madrid, atraviesa un momento complicado: es el único jugador de campo disponible que aún no ha disputado ni un solo minuto bajo las órdenes de Xabi Alonso.
Es cierto que las lesiones marcaron el inicio de su temporada. Una dolencia muscular, con una posterior recaída en el Mundial de Clubes, lo mantuvo apartado varios meses. El cuerpo técnico prefirió no forzar su regreso. Pero desde que recibió el alta médica, hace ya cinco partidos (450 minutos oficiales), el de Taguatinga no ha vuelto a pisar el césped. El Madrid le dio el dorsal 9 y todavía no ha podido estrenarlo. Desde el banquillo observa cómo Gonzalo, su competidor directo por ser el recambio natural de Kylian Mbappé, también lucha por hacerse un hueco: apenas ha jugado 99 minutos de 990 posibles, un escaso 11%.
Aun así, Endrick no baja los brazos. Lo suyo, desde siempre, ha sido remar contracorriente. Fue el jugador más joven en marcar con el Real Madrid en la Champions League, el extranjero más joven en hacerlo en Liga y, antes de llegar a Europa, el más precoz tanto en debutar como en anotar con Palmeiras. Además, fue el segundo jugador más joven en disputar una Copa América con la ‘Canarinha’. Su carrera ha estado marcada por la precocidad. Pero también por una determinación que sorprende incluso dentro del vestuario blanco.
En Valdebebas entrena con intensidad, busca mejorar en los automatismos tácticos que exige Xabi Alonso y no ha emitido una sola queja. Demuestra porqué no salió del club blanco este pasado verano en forma de cesión. Sabe que su tiempo llegará. Que los minutos -aunque escasos- deberán ser aprovechados como hizo la temporada pasada, con Ancelotti, cuando convirtió cada aparición en una muestra de su talento y efectividad.
La competencia con Gonzalo promete ser feroz, pero sana. Ambos representan el futuro. Ambos quieren demostrar que pueden ser algo más que el “suplente de Mbappé”. Endrick, por ahora, espera su oportunidad. No la exige, la trabaja. Porque si algo ha dejado claro desde que aterrizó en Madrid es que no rehúye la pelea. La busca.