El plan de Trump para Gaza merece elogios

Estados Unidos, Israel y quizás Hamas han cambiado sus posiciones

Esto es nuevo para Estados Unidos. En febrero, Trump abordó la idea de una limpieza étnica de palestinos en Gaza para dar cabida a una nueva “Riviera” en Oriente Medio. Desde entonces, ha dado su aprobación tácita a las fantasías nihilistas de los partidos de extrema derecha del gobierno de coalición israelí, que sueñan con colonizar Gaza. Ahora, tras perder la paciencia con Netanyahu tras los ataques israelíes a Qatar en septiembre, Trump ha señalado que “Israel no ocupará ni anexionará Gaza”, manteniendo abierta la posibilidad de una solución de dos Estados.

Al aceptar la propuesta, Netanyahu también ha dado un giro. Hasta hace poco, se comprometió con una guerra eterna en Gaza y consintió a sus socios de coalición de extrema derecha, en parte porque un alto el fuego podría poner fin al gobierno y a su mandato (deben celebrarse elecciones a finales de 2026). Ahora ha señalado que pretende presentarse a las elecciones con la premisa de que el plan de paz garantiza los objetivos bélicos originales de Israel: recuperar a los rehenes y sacar a Hamas del poder. Si bien es impopular, el plan no lo es: casi tres cuartas partes de los israelíes lo apoyan.

El cambio definitivo podría provenir de Hamas. Aún no ha respondido formalmente y podría presentar objeciones detalladas a la secuencia de la retirada israelí y a la ausencia de garantías si Israel cambia de opinión. Pero si aceptara en principio y públicamente que está dispuesto a renunciar a sus armas y a su pretensión de gobernar Gaza, sería un cambio enorme, que en realidad indicaría que acepta que no es el representante legítimo del pueblo palestino.

Palestinos desplazados que huyen del
Palestinos desplazados que huyen del norte de Gaza debido a una operación militar israelí se desplazan hacia el sur después de que las fuerzas israelíes ordenaran a los residentes de la ciudad de Gaza evacuar hacia el sur, en el centro de la Franja de Gaza, el 1 de octubre de 2025. REUTERS/Mahmoud Issa

Los peligros son obvios. Hamas podría rechazar un acuerdo, condenando a Gaza a una mayor miseria. Netanyahu y Hamas podrían firmar con insinceridad, con el verdadero objetivo de sabotear el acuerdo posteriormente. Los detalles sobre la secuencia son infernales. La reconstrucción de Gaza podría resultar imposible de organizar o financiar. La política israelí podría llevar a Netanyahu o a su sucesor de nuevo a la anexión. La Autoridad Palestina podría ser incapaz de reformarse, y a pesar de las proclamaciones en la ONU, hay pocas pruebas de que la mayoría de israelíes o palestinos aún confíe en una solución de dos Estados. Tomará décadas reconstruir la confianza.

A pesar de todo, el plan de Trump ofrece la mejor salida a la tragedia que se ha desatado en Gaza. Su éxito requeriría una presión fuerte y sostenida de Trump sobre Israel, y de los estados árabes y Turquía sobre Hamas. Pero el sufrimiento masivo e incesante de hoy es inaceptable, al igual que las alternativas de ocupación, anarquía o el gobierno de un Hamas reconstituido. Por llevar las negociaciones de vuelta a la realidad, el Sr. Trump y su equipo merecen elogios.

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