Vinicius está al 200%

Reseteo mental y puesta a punto física durante estas dos semanas. Llevaba un lustro sin pasarse un parón en Madrid, estando apto. Valdebebas se ilusiona: “Sabe que le toca”

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Un suceso extraordinario ha acontecido en estas dos semanas: Vinicius se ha quedado en Madrid durante un parón... estando disponible. Un inaudito, en el sentido literal de la palabra. La última vez que sucedió aún no se había iniciado la vacunación contra el Covid-19 en España, el Brexit no se había hecho efectivo, ‘Filomena’ era un nombre poco común, no una borrasca y nadie se imaginaba que un gigantesco buque bloquearía el Canal de Suez durante una semana. Hay que remontarse a octubre de 2020 para hallar una repetición del suceso.


Aquello fue con Tite en el banquillo y Neymar en la zurda de la canarinha. Eran otros tiempos; era otro Vinicius. Desde entonces ha habido 26 convocatorias con un mismo denominador común: si estaba disponible, iba. Punto. Vini sólo se ha ausentado de dos listas y por lesiones. El Real Madrid, cuando llegaba un parón, asumía que sólo había dos caminos: irse con Brasil o quedarse en la enfermería. Tenerlo una semana y media en Madrid era algo como una utopía. Hasta ahora: Ancelotti lo ha liberado para una ventana (no lo hizo viajar, al estar sancionado para un partido).

Un lustro después, Vinicius ha vivido un parón de selecciones en Madrid. En su casa. Tranquilo... y no tanto. El club activó un plan específico para ponerle a punto físicamente. El sentimiento en Valdebebas es que la pretemporada ha sido tan corta (15 días), que a todos los jugadores le vendrían bien dos semanas de trabajo individual. Que sería lo ideal. Pero no todos pueden tenerlas, ese es el problema. Y la demostración de la importancia que ha tenido esto para Vinicius.

Todo ha estado medido al milímetro: siete entrenamientos con el grupo (ocho con el de hoy), gimnasio, descanso y mucha fisioterapia. Sudor en su justa medida. Balón y táctica para mantener el ritmo deportivo y reforzar mecanismos colectivos. Musculación dirigida, recuperación vigilada y días para descansar la mente. Para relajarse, que también es necesario. Ha recuperado oxígeno y reseteado la cabeza. Ahora, lanza el guante.

El renacido

Y es que lo más parecido a Vinicius que se ha visto en mucho tiempo, ha sido hace poco: marcó en los dos últimos partidos antes del parón. Por ponerlo en perspectiva: no marcaba en dos partidos consecutivos desde el 9 de noviembre de 2024. Hace 45 partidos (sólo contando los que ha jugado con el Real Madrid). Hace 307 días. Aquello sucedió en los dos partidos posteriores al mazazo del Balón de Oro. Se partió la camisa a corto plazo... pero se difuminó a medio. Dejó de ser Vinicius. Perdió su electricidad. Y lo peor, perdió la confianza de la afición.

El asunto llegó a tal punto, que en las encuestas se reclamaba su suplencia... y en el banquillo se hizo realidad (Xabi Alonso lo sentó en el Tartiere). Pero justo ahí, volvió. Diez meses después, marcó en dos partidos seguidos. Y de repente, este parón. Esta pausa. La calma antes de la tormenta. O eso es lo que se promete desde las entrañas de Valdebebas.

El club transmite una enorme ilusión con Vinicius. Ha trabajado a destajo estas dos semanas y mentalmente se le ve renovado. Más ordenado; con hambre de redención. “Sabe que le toca”, se transmite. Porque sabe que no ha estado a la altura de las expectativas, de su etiqueta. Ser ese jugador incisivo hasta la extenuación, aquel que llegó a participar en un gol cada 88’, el hombre que bailaba y hacía bailar. Vinicius ha vivido un parón en Madrid... estando apto. Algo inaudito. Un extraordinario para volver a ser extraordinario.


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