Tottenham 1-villarreal 0 / Luiz Junior arruina la vuelta del Villarreal a la Champions

El portero brasileño se marca en propia puerta, tras un fallo garrafal, el único gol del partido

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El Villarreal se fue de Londres con la sensación de que no lo hizo tan mal como para irse de vacío. En realidad, fue un duelo muy a la par, con dos equipos que intercambiaron el dominio del juego y tuvieron un par de ocasiones cada uno, no más, para marcar. Pero nadie lo hizo. Ni Pépé, ni Richarlison, ni Buchanan, ni Kudus, los que más cerca lo tuvieron. Por eso, la vuelta del Submarino a la Champions se decidió por un error clamoroso de su portero en los primeros compases del choque. Luiz Junior salió a tapar un centro de Bergval y, cuando todo el mundo se daba la vuelta para defender, el balón entraba mansamente en la portería. Error técnico, error de juvenil. Error que arruinó el debut. Un fallo que abre el debate. Arnau Tenas, el campeón olímpico español, espera su oportunidad.


El clamoroso error de Luiz Junior lo condicionó todo desde el principio. El plan del Villarreal de aguantar los primeros arreones del Tottenham para enfriar la caldera saltó por los aires. Los más de 54.000 ingleses que poblaban el Tottenham Hotspurs Stadium celebraron y se mofaban con el portero brasileño cada vez que tocaba el balón. Maldita vuelta a la Champions.

Lo mejor de todo es que quedaba todo el partido por delante. Tocaba remar antes de lo previsto. Cardona intentó levantar de la lona enseguida al Villarreal pero su zurdazo rebotó en el Cuti Romero. El Tottenham, que mostraba que tenía varios registros, iba empujando hacia atrás al Submarino en busca de un segundo gol que hundiera a los de Marcelino. Sin embargo, Pépé, silbado por su pasado en el Arsenal, se inventó una jugada en la frontal para dejar solo a Buchanan. El canadiense la puso al palo largo pero el balón no le cogió la rosca para incrustarse en la red de Vicario.

Marcelino se tiraba de los pelos en la banda pero lo cierto es que esta ocasión, aunque no subió al marcador, le dio otro aire al Villarreal, que comenzaba a enlazar alguna jugada en el centro del campo que obligaba a los Spurs a recular. Ayoze, titular inesperado, bajaba a recibir, aunque no conectaba con Mikautadze.

Mouriño y Cardona, tras un inicio titubeante, empezaban a mantenerle el pulso a Simons y Kudus, y Foyth barría todos los balones muertos que pasaban por el área. Solo Richarlison, en una jugada aislada en la que disparó con poco ángulo, pudo crear algo potable en el Tottenham, antes del descanso.

Tras el descanso, el Villarreal dio otro pasito adelante. Era el momento de dar una dentellada en la yugular del equipo de la Premier. Y Pépé la tuvo. Una de las que suele clavar. Su disparo, de rosca y con la izquierda, se fue lamiendo el palo de la portería de Vicario. Marcelino la vio dentro, otra vez. Como la de Buchanan en la primera parte. Como las de Moleiro en el Metropolitano.

El partido transitaba por una nebulosa, más allá de que lo que se jugaba eran tres puntos de la liguilla de Champions. Y los cambios alborotaron el estado de calma aparente. Principalmente por la salida de Thomas Partey al césped. “Thomas Partey, sabemos quién eres”, le cantaba una y otra vez el estadio inglés entero al unísono. Su pasado en el Arsenal y, sobre todo, sus cuentas pendientes con la justicia, motivaban la animadversión de la afición spur.

Sin embargo, en el tramo final pudo volver a empatar el Villarreal. Moleiro, que acababa de salir se la puso en profundidad a Mikautadze y Van de Ven tuvo que derribarlo cuando encaraba a Vicario, al borde del área. Casi penalti. Y casi gol. Porque Pépé lanzó la falta y el balón salió silbando la cruceta.

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