Por qué algunas mujeres sanas tienen más riesgo de infarto o ACV, según científicos
Un estudio internacional realizado durante 30 años mostró que miles de pacientes sin hipertensión, colesterol alto, diabetes o tabaquismo pueden sufrir eventos cardiovasculares debido a un marcador inflamatorio que muchas veces no es tenido en cuenta en la práctica clínica
InfobaeLa identificación de nuevos indicadores permitió revelar que miles de mujeres consideradas sanas presentan un riesgo elevado de infarto o ictus a pesar de no tener los factores de riesgo clásicos definidos por la medicina. Un extenso estudio publicado en The European Heart Journal y presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología examinó a 12.530 mujeres durante 30 años y evidenció que el nivel de inflamación medido por la proteína C reactiva ultrasensible (PCRus o hsCRP) predice con mayor precisión la probabilidad de un evento cardiovascular que los modelos tradicionales.
Las limitaciones de los factores de riesgo clásicos

El trabajo, dirigido por especialistas del Hospital Mass General Brigham en Estados Unidos, se centró en mujeres que no presentaban ninguno de los factores de riesgo convencionales al inicio del estudio. A todas se les midió el nivel de PCRus, un marcador que indica inflamación sistémica. El seguimiento de tres décadas permitió observar la incidencia de infarto de miocardio, revascularización coronaria, ictus isquémico y muerte cardiovascular.
En palabras de Paul Ridker, investigador principal del trabajo, las mujeres sin factores de riesgo tradicionales “no se identifican mediante las ecuaciones de riesgo que usan los médicos en la práctica diaria”. Él destaca que, pese a una vida saludable en apariencia, “las mujeres que presentan inflamación tienen un riesgo considerable de por vida”. Ridker resaltó que si la atención médica se anticipa, podría iniciarse la prevención a partir de los 40 años, evitando que la enfermedad se manifieste hacia los 70.
Datos clave del estudio: más allá de la prevención tradicional

De acuerdo con los datos recogidos y el resumen técnico del estudio, las mujeres con PCRus superiores a 3 miligramos por litro presentan un 77% más de riesgo de desarrollar enfermedad coronaria, un 39% más riesgo de ictus isquémico y un 52% más de experimentar cualquier evento cardiovascular en comparación con quienes tienen valores inferiores a 1 mg/L. Esta información, destacada por la revista médica europea, proporciona una base para redefinir la prevención en mujeres.
El análisis estadístico encontró que la asociación entre PCRus y enfermedad cardiovascular se mantuvo de forma lineal durante las tres décadas del seguimiento, y la ausencia de SMuRF no redujo el peligro derivado de una inflamación sistémica elevada. El riesgo aumentó en un 21% por cada quintil superior de PCRus, incluso después de ajustar por edad y otros factores, como índice de masa corporal.
Sesgo histórico en la investigación y atención cardiovascular femenina

Los especialistas advierten sobre el sesgo de género en la investigación cardiovascular. Durante años, la mayoría de los estudios, incluyendo el Multiple Risk Factor Intervention Trial, se realizaron solo en hombres. Esta subrepresentación limitó la comprensión del riesgo femenino e influyó en la elaboración de estrategias de prevención clínicas.
La comisión de la revista The Lancet recoge que las enfermedades cardíacas siguen “infradiagnosticadas e infratratadas” en mujeres. Además, ellas suelen presentar síntomas distintos como náuseas, fatiga, disnea o dolor en cuello y mandíbula, por lo que muchas veces se retrasan tanto el diagnóstico como el tratamiento. El estudio estadounidense mostró que las mujeres esperan más tiempo que los hombres para recibir atención en caso de dolor torácico, especialmente las pertenecientes a minorías étnicas.
Integrar nuevos marcadores para una prevención personalizada

El estudio de la cohorte estadounidense también revisó la utilidad de tratamientos preventivos adicionales. Los ensayos recientes revelaron que el uso de estatinas puede reducir en 38% el riesgo cardiovascular en mujeres con inflamación elevada aún en ausencia de SMuRF. Esta evidencia impulsa a modificar los protocolos de prevención e intervención antes de la aparición de los factores de riesgo clásicos.
Profesionales del Hospital Mass General Brigham recomiendan que el parámetro de PCRus se evalúe en mujeres de mediana edad, sobre todo si existen antecedentes familiares o complicaciones gestacionales. La Sociedad Europea de Cardiología, en su guía de 2024, continúa registrando un predominio masculino entre los responsables y criterios, por lo que la actualización de dichos documentos resulta un objetivo relevante para la equidad en salud cardiovascular.
Cambios necesarios en la formación médica y concientización

La comunidad científica plantea la necesidad de reforzar la formación médica, actualizar los criterios de estratificación de riesgo y mejorar el reconocimiento de síntomas atípicos para evitar que mujeres en riesgo elevado queden sin tratamiento preventivo. El abordaje multidisciplinario y la medición temprana del marcador inflamatorio abren la puerta a una prevención más ajustada a las verdaderas dinámicas femeninas.
De acuerdo con los especialistas, la integración de datos y la personalización del cuidado son pasos decisivos para cerrar la brecha de género en salud cardiovascular. La evidencia generada por este amplio estudio de seguimiento longitudinal da sustento a una revisión de las guías clínicas y a una práctica que hoy prioriza la identificación oportuna de las mujeres que, pese a no mostrar señales clásicas, enfrentan un peligro cardiovascular subestimado.