Marsella - PSG / Un Clásico bajo amenaza

El Marsella se mide al PSG, en el partido más importante del fútbol francés, bajo la amenaza de una suspensión por la alerta naranja por lluvias

Andrés Onrubia

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La última vez que el Olympique de Marsella derrotó al PSG en liga en el Vélodrome, Emmanuel Macron era banquero, Mbappé tenía 12 años y Neymar jugaba todavía en el Santos. Desde entonces, el conjunto marsellés ha sido incapaz de mirarle a los ojos a un gigante, a un toro que embiste sin preguntar, y que le ha quitado el status a su archienemigo de mejor equipo del fútbol francés. Esta noche, a las 20:45, el estruendoso feudo del OM intentará, por fin, dar un golpe sobre la mesa y apurar las últimas opciones para reengancharse a la liga. El encuentro, sin embargo, está bajo amenaza de suspensión, después de que las autoridades emitieran ayer una alerta naranja por inundaciones. Hoy decidirá la LFP, en una reunión, si mantiene la disputa del encuentro.

Es un Clásico, el partido más importante de la temporada, pero para el Marsella es una final. Todo lo que no sea ganar a su máximo adversario sería sinónimo de decepción, porque llega a la contienda a seis puntos del campeón de Europa, invencible desde el comienzo del curso, con pleno de victorias entre todas las competiciones. El PSG, que viaja sin Dembélé ni Doué, dos de sus mejores jugadores, aterriza en el sur de Francia en un estado de gracia, con el sentimiento de que nadie puede frenarle en Francia, tampoco en Europa, bajo un dominio aplastante durante los últimos meses.

El Marsella lleva 13 años sin títulos, una quimera insoportable para el que fue el primer equipo francés en lograr una Champions. Eran otros tiempos, en 1993, con el polémico Bernard Tapie en la presidencia, en una época en la que Canal +, propietario del PSG, inspirado en el Clásico español, Real Madrid-Barcelona, decidió inventarse una rivalidad bajo el pretexto de atraer nuevos abonados y que el fútbol galo no quedara rezagado en la escena europea. Ahora, esta rivalidad, exacerbada desde la llegada de Qatar, ha perdido fuelle, debido al incontestable dominio de los parisinos.

El Marsella ha hecho ímprobos esfuerzos para tener un equipo competitivo. Registró 14 traspasos en verano, récord con el ovetense Pablo Longoria en la presidencia, pero un irregular inicio del campeonato, con dos derrotas en tres partidos, le ha alejado considerablemente del PSG. La prestación que firmó entre semana en el Bernabéu, donde tuvo opciones reales de sacar un punto, es el espejo a seguir para el conjunto marsellés, que siente, ahora, que por fin tiene un equipo para competirle de tú a tú a los de Luis Enrique. La presión del Vélodrome, un infierno para los rivales, deberá hacerse notar, acostumbrado a llorar desde hace 13 años por no poder ganarle un solo partido a su máximo rival.

Ni el fragoroso ambiente que tendrá enfrente el PSG supone un obstáculo para un equipo que no siente ni padece las bajas de sus mejores jugadores. La goleada entre semana contra la Atalanta ratificó el gran trabajo de Luis Enrique, al que poco le importa quién esté en el campo, porque, según declara, “el colectivo es lo más importante”. El asturiano ha sumado pleno de victorias ante el Marsella desde que aterrizó en París, y el Vélodrome es su segundo jardín. Un empate, incluso, le valdría para seguir en lo alto de la clasificación. Un Clásico es un Clásico y Marsella, a las 20:45, será el epicentro de Francia durante dos horas, siempre y cuando lo permitan las condiciones meteorológicas y que la LFP estime que, a pesar de la alerta naranja, se debe dirimir el ganador en el verde esta noche.

Ficha:

OM: Rulli; Weah, Pavard, Balerdi, Aguerd/Medina, Emerson; Kondogbia, Hojbjerg, Gomes; Greenwood, Aubameyang.

PSG: Chevalier; Achraf, Marquinhos, Pacho, Mendes; Vitinha, Fabián, Neves; Kvaratskhelia, Mayulu, Barcola.

Estadio: Orange Vélodrome

Árbitro: Jérôme Brisard