Liverpool 3 - Atlético 2 / Van Dijk deja sin milagro a Llorente

El central hizo el 3-2 en el 92′ después de que el 14 rojiblanco volviera a ser clave en Anfield con un doblete que empataba el 2-0 del Liverpool al Atleti en seis minutos.

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Hay nombres que siempre llevarán a lugares y el de Llorente se ata a Anfield. Por un momento, anoche, el calendario parecía haber regresado a 2020 mientras el 14, con su pelo de Forlán, llevaba al Atleti de la tiniebla al empate en la casa del Liverpool, en su estreno en Champions. Pero el calendario hoy dice 2025 y esta vez Anfield se revolvió: Van Dijk estalló el sueño en el 92’ para dejar la victoria en casa y el partido donde había comenzado.


Porque el Liverpool abrasó la pizarra del Cholo nada más pisar Anfield. Un Liverpool en el que al fin debutaba Isak, al fin, y Mac Allister se quedaba de inicio en el banquillo por su entradón en el tobillo el fin de semana. Gravenberch ocupaba su sitio y cada brizna de hierba ante ese Atleti al inicio pequeño. A las bajas que ya eran piedras a la espalda del Cholo antes de viajar (Julián, Almada, Cardoso...) se sumaba que Hancko se quedaba de inicio en el banquillo, también por el tobillo. El debut del Atleti en esta Champions venía con Raspadori titular y Galán y Lenglet en una línea de cinco atrás en la que Giuliano ayudaba y Llorente ejercía de tercer central. Si el Atleti esperaba hundido, el Liverpool, trituraba, con un fútbol eléctrico y agudo. A los seis minutos, el traje negro del Cholo ya lloraba sangre red. Dos llegadas de los de Slot, dos costurones.

El primero fue en el 4’. Gravenberch, alrededor de quien gravitaba el fútbol, creando, conectando, imponiendo el ritmo, le sacaba a Lenglet una falta que Salah botó cerca de la frontal. Su libre directo voló hacia el punto de penalti, donde estaba Robertson, en quien rebotó para irse a la red después de rozarle la tibia a Barrios. Salah haría en el 6’ el 2-0. Porque el Liverpool había salido con hambre y el Atleti era un guiñapo a merced. Arrasado y con Lenglet de nuevo en la foto: salió tarde para tapar a Gravenberch y le abrió la puerta al egipcio. Gallagher, Nico y Galán solo le vieron pasar. Con una pared estaba solo ante Oblak para batirle por bajo. El primer acto del partido, la debacle, estaba a punto de finalizar aunque aún no se notara.

Se incorporaron los del Cholo pese a ese 2-0 como cornada de doble trayectoria. Comenzó a respirar con Griezmann tratando de asociarse con Barrios, encargado de dirigir el juego. Un papel que el canterano asumió con coraje y galones, aunque también con pérdidas que Salah e Isak pudieron convertir en goles. El problema del Cholo era que cuando Giuliano llegaba arriba para centrar allí, a los pies de Alisson, nunca nadie: Raspadori le pone voluntad, sí, pero no es Julián. Y, mientras, Lenglet estaba a punto de sumar un penalti a su noche terrorífica pero el VAR avisó: el centro de Frimpong le había dado en la tripa y no el brazo. El Liverpool tuvo después otro rato de rondar de nuevo. Pero Isak no encontró y Frimpong perdonó para que el segundo acto del partido se hiciera presente en Anfield cuando el descanso asomaba. Era el turno de nuevo de ese héroe, un viejo conocido de la grada. Don Marcos Llorente Moreno. Sacó la puntera de su bota derecha para patear un centro de Raspadori a la red y el corazón de ese Anfield que respira y le inspira. El Atleti había detenido la hemorragia. Se encaminaba a la gesta.



Regresaron los equipos al juego sin cambios. Pero no por mucho. Primero el Cholo introdujo a Koke para sumarle a Barrios y dejarle la punta a Nico, con Grizi de enganche. Slot haría inmediato un triple con Ekitiké, Mac Allister y Bradley al que el Cholo respondería con Sorloth y Nahuel, tampoco tenía más cintura ni armario: su cuarto cambio, y el último, fue Pubill. El héroe de Anfield pasaba al centro del campo cuando tocaba otro arreón del Liverpool. Salah estampaba el balón en el palo tras una contra de libro y a Ekitiké le faltaba finura en dos ocasiones mientras Galán conducía para demostrar que estos partidos no le quedan tan grandes.

El Atleti estaba en modo Atleti ya. Sabiendo sufrir y haciéndose muro ante Oblak, donde siempre terminaba estampado el Liverpool. Y siguiendo la estela Llorente que en el 81’ hacía el 2-2 con una tremenda volea. Empate. Éxtasis. Milagro. 2025 era 2020. Hasta que Szoboszlai conectaba con Van Dijk en un córner y el Atleti despertaba del sueño. Era el 92’. El último acto del partido era un jarro de agua helada sobre la cabeza del Cholo, expulsado por una trifulca con el público en ese momento. Y su Atleti cayendo aunque lo hiciera de pie.

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