Chelsea 1-Benfica 0 El Chelsea ya no es para Mourinho
Un gol de Richard Ríos en propia puerta brinda el primer triunfo del Chelsea en Europa. Stamford Bridge coreó el nombre de su extécnico. João Pedro, expulsado.

El ahora técnico del conjunto lisboeta no podía no tener un mínimo de protagonismo en su regreso al oeste de Londres. Corearon su nombre, calmó a sus aficionados cuando le lanzaban objetos a Enzo Fernández, exjugador del Benfica; y no dejó ni una sola acción sin protestar en el área técnica. José Mourinho no corrió tanto por la banda como Caicedo o Cucurella, que recibió tras el pitido final el premio como ‘MVP del Partido’, pero sí más que muchos de los futbolistas que participaron en el encuentro. El Chelsea siempre había ganado a las Águilas en cada uno de sus cuatro enfrentamientos anteriores, fue cualquiera fuera la competición, y a pesar de que la vuelta de José Mourinho fue del todo emotiva, esta vez no iba a ser menos. El ‘homenaje’ a The Special One tenía trampa.
Enzo sí es muy blue y nada red
No tuvo el Chelsea su mejor arranque de partido. Un minuto tardó Stamford Bridge en corear el nombre de José Mouringo en su regreso al oeste de Londres, y cinco el Benfica en rozar el 0-1. Entre Robert Sánchez y el palo se las apañaron para sacar el remate de Lukebakio. Le costó reaccionar a los blues, que volvieron a sufrir escasos instantes después con una ocasión de Richard Ríos. Pero el disparo desde la frontal de Neto, quien debería ser inamovible del extremo diestro, era justo lo que necesitaban los pupilos de Enzo Maresca.
Fue precisamente un envío medido del ‘7′ al segundo palo el que permitió al Chelsea adelantarse en el marcador. Ahí sí que se terminó de enchufar el feudo londinense. En el 18’, Neto centró, Garnacho prolongó y, cuando parecía que Enzo Fernández acallaría los pitos y abucheos de la que fue su afición engatillando el balón en el área pequeña, Ríos metió el balón en su propia portería. 1-0 para el cuadro local y desplome del Benfica.

A partir de ahí, el campeón del mundo fue dueño y señor del balón. Y del partido. Por la banda de Cucurella no pasaba ni el aire. Eso sí, no hubo jugada que no protestase el español. El ímpetu inicial de los lisboetas se desvaneció por completo y, aunque los blues no atosigaron a Trubin a base de ocasiones, solo Tyrique George probó al meta visitante, sí vivieron del todo tranquilos los últimos compases del primer tiempo. Los jugadores, porque los aficionados no tanto. Tuvo que mediar José Mourinho para que la esquina red de Stamford Bridge parase de arrojar objetivos, sobre todo botellas de plástico, a Enzo Fernández cuando el capitán del Chelsea se disponía a lanzar un córner. Stamford Bridge respondió cantando “Enzo Fernandez, he left coz you’re s***” y coreando el nombre del argentino.
Otro expulsado, y ya van...
Tampoco supieron aprovechar las Águilas un buen inicio de segundo tiempo. Esta vez Robert Sánchez se bastó de sí mismo, y su pie izquierdo, para sacarle el mano a mano a Aursnes. La ocasión más clara del Benfica se fue al limbo y el cuadro lisboeta volvió a levantar el pie del acelerador. Antes de que resonara de nuevo, y con más fuerza si cabe que en los primeros 45 minutos, el nombre de José Mourinho por todo el graderío blue, Enzo Maresca dio entrada a Estevão. Un minuto sobre el césped le bastó para ser ovacionado también por Stamford Bridge. El brasileño, que tuvo de cabeza el 2-0 local, acaba de llegar, pero la parroquia londinense no tardará tampoco en corear su nombre.
Aunque el parón que sufrió el encuentro por el encontronazo de António Silva con su portero parecía que enfriaría el arreón final del Benfica, los pupilos de José Mourinho empujaron al Chelsea hacia su área. Los blues se aferraron al inconmensurable, innegociable e infalible despliegue físico de Caicedo, así como la buena actuación de su pareja de centrales (Chalobah-Badiashile) para mantener el resultado, y el plan le funcionó a Enzo Maresca. Y eso que el Chelsea tuvo que terminar el partido con un hombre menos, otra vez, por la expulsión de João Pedro. Tercera expulsión en los últimos cuatro partidos. Pero los tres puntos, para disgusto de José Mourinho, se quedaban en la que fue su ‘casa’.