Barcelona - Getafe / Pedri, el decodificador

Flick fía al canario, que deslumbró a Europa con su partido en Newcastle, la capacidad de descifrar la caja fuerte de Bordalás. El técnico alemán variará piezas del once inicial.

Juan Jiménez
As
Es probable que, en medio de este cambio continuo de casa que experimenta mientras el Camp Nou se pone a punto, el Barça juegue esta noche contra el Getafe (21:00 horas, DAZN) su segundo y último partido oficial en el Estadi Johan Cruyff, sobre el que se puede convenir en su inapropiado por diminuto aforo (6.000 personas) para una entidad gigantesca como la azulgrana, pero no en su emotiva carga especial. Por evocar el campo del carrer Industria, L’Escopidora, donde jugó entre 1909 y 1922 y del que salió el sobrenombre de culers que le ha acompañado ya durante toda su historia. Y porque, al contrario del Lluís Companys, donde el socio no se siente en casa, este es un recinto que descansa justo enfrente de La Masia, el Centre de Formació Oriol Tort, una de las mayores fábricas de talento del mundo.

Getafe significa barricadas para el Barça. Bordalás, salvo raras excepciones, es un dolor de muelas. También lo intentará con este equipo configurado a última hora pero que ha empezado como un reloj pese a marchas del peso de Alderete o Uche, que ha paliado con el fichaje de Abdel Abqar y la aparición de Adrián Liso, ahora a punto de irse al Mundial Sub-20 en la delantera. Un equipo que juega de memoria, exprime sus recursos, y tiene en Milla a su faro.

Aunque para metrónomo, Pedri. El canario ya se ha situado como el futbolista de LaLiga con más pases completados en los tres primeros partidos (345, con un 91,27% de acierto). “Mi nuevo jugador favorito”, escribió Paul Scholes, leyenda del United, con una foto del canario sobre el texto después de la exhibición del internacional en St. James’ Park. A Pedri le tocará descifrar el código que abra la caja fuerte del Getafe.

Mejores días para el Barça, que empezó nervioso y ya se ha puesto en su media goleadora del curso pasado (15 en cinco partidos oficiales), se felicita por Joan García y ha olvidado las caritas y los mensajes de Flick en sala de prensa para recuperar las huellas del equipo de la temporada pasada. Todo eso, además, sin Lamine, que se perderá su tercer partido consecutivo por los problemas en el pubis. El ‘10’ viajará a la gala del Balón de Oro sin hacer lo que más le gusta: jugar.

Flick no se escondió ayer. Anunció “piernas frescas”, así que se anuncia un Barça con cambios. Eric y Christensen en defensa, Ferran en la posición de 9; y, finalmente, Olmo, a quien se ve algo ausente. Tal vez, aquel infierno de la ‘desinscripción’ no era tan anecdótico y aún deja rastro.

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