Paredes necesitaba un socio; Boca, una noche como la de Mendoza
Russo escuchó a Leandro, puso a Battaglia de doble 5 y el equipo mejoró. No fue solo victoria sino además con juego.
En la fecha anterior, el campo se le había hecho largo y ancho. En Mendoza, Russo puso a Battaglia de socio. Puede ser él, podría ser Ander Herrera si no lo afectaran las lesiones o Milton Delgado si le agregara lo que le agregó Santiago Ascacíbar a sus condiciones. Por lo pronto fue Battaglia, que jugó bien, y Boca lució mejor, más armónico como equipo, sobre todo en la primera etapa. No solo ganó, y todos sabemos que la victoria era clave en una racha negativa tan larga, sino que además tuvo juego. Salió con la idea de protagonizar el partido, algo que lograba únicamente como local y sólo porque lo empuja/obliga su gente.
Cerca de Paredes siempre hubo alguien para recibir y cerca de Paredes también se paró alguien para marcar, para que no tuviera que cubrir tanto espacio luego de la pérdida. ¿Se acuerdan de lo desarmado que quedaba Boca en los contraataques de Racing? Independiente Rivadavia, en cambio, cortaba y no podía disparar como lo había hecho una semana atrás el equipo de Costas.
Además, Boca tuvo movilidad. Los jugadores pidieron la pelota, se comprometieron para marcar y se mostraron para recibirla. En ese mediocampo hubo un necesario complemento: si Paredes salía a cortar, Battaglia se quedaba; si uno se adelantaba a jugar, el otro respaldaba.Lo ideal es que haya volantes en distintas líneas, a diferentes alturas. Paredes no necesita a alguien que se le pare en la misma línea para dividir la cancha a lo ancho. En la salida desde atrás podía tomar la pelota uno u otro, aunque es más para Paredes esa faceta. Porque lo otro que necesita el campeón del mundo es tener la cancha de frente.
A Boca se lo vio armado para que el rival no pudiera contraatacarlo, y ese rival tenía nada menos que a Villa. En los intentos del colombiano también se vio determinación para marcarlo en el uno contra uno o, mejor, atención para doblarle la marca. En fin, cualquier primer paso después de una debacle es sólo un punto de partida, no de llegada. Pero sin una victoria respaldada en argumentos futbolísticos, Boca no estaba en condiciones de llegar a ninguna parte.