Mallorca 0-Barcelona 3 / Es mala idea enfadar a Lamine
El campeón defiende su título ganando en Mallorca en un partido marcado por las expulsiones de Morlanes y Muriqi: los de Arrasate, con nueve desde el 38′.
Para empezar la defensa del título, Flick tiró del mismo equipo que goleó al Como con el cambio de Ferran Torres, que entró por Rashford. Eric se mantenía como lateral derecho dejando al recién renovado Koundé en el banquillo.

El partido como tal duro poco. A los siete minutos Lamine Yamal, que ya había desafiado y derrotado en velocidad a todo un especialista de a materia como es Johan Mojica, colocó un caramelo al segundo palo que Raphinha, ganándole la espalda a Mateu Jaume cabeceó sin ni siquiera saltar. 0-1 y partido encarrilado.
Luego, la actitud del Mallorca condenó a los baleares a un suicidio que el Barça no dejó pasar por alto. La primera bala en el revólver la puso Raíllo, que tras rechazar un disparo de Lamine con la cabeza se quedó tumbado en el suelo. El colegiado no se tragó el teatro del central, que sólo deseaba parar el juego y dejó seguir el partido. Ferran Torres en medio de la apatía general de los jugadores de ambos equipos que miraban al árbitro se sacó el balón de encima con un gran disparo a la escuadra. Con el balón en la red, Raíllo se levantó como un recluta en su primer día de campamento. El teatro acabó de repente.

Con 0-2 en el marcador, el Mallorca ya tenía pocas opciones, pero la capacidad de los de Arrasate para dispararse en el pie superó todos los límites. Morlanes, que había sido amonestado por protestar el gol de Ferran se olvidó de que tenía amarilla y fue a cazar aLlamine Yamal de manera más que torpe. Segunda amarilla y Morlanes a la calle.
Con el campo encendido más allá del calor imperante, el encuentro tenía un dueño: el Barcelona, pero el Mallorca no renunciaba a la contra y en una de ellas Muriqi llegó tarde a un balón adelantado que Joan García rechazó de cabeza mientras que el delantero local le clavaba los tacos en la oreja. Roja como un castillo que el colegiado no quiso enseñar de entrada, pero que el VAR le hizo revisar. A cámara lenta la jugada no la podía defender ni Perry Mason.
Ya en un partido de once contra nueve y 0-2 en el marcador, la suerte parecía echada. El ambiente en el campo estaba caldeado porque el público se sentía agraviado, los jugadores locales también y el Barcelona tenía la duda de ir a apretar el acelerador o bien contemporizar.

El Mallorca hizo tres cambios en el descanso, básicamente para proteger a sus jugadores amonestados, mientras que en el Barça Fermín, transparente, dejó su puesto a Dani Olmo.
El Barcelona se contagió del ritmo pausado que impuso el Mallorca y daba la impresión de que sólo Lamine Yamal seguía enchufado al partido, por lo que Flick decidió sacudir el equipo dando entrada a Gavi, Rashford y Jofre. El Barça caía en la trampa del Mallorca.
El Barça se puso las pilas. Olmo disparó al palo, Eric puso a prueba a Leo Román y Raphinha lo siguió intentando. Pero el gol no llegaba y el partido se convirtió en un tostón en el que los locales rezaban a la virgen que se quedaran como estaban y los del Barça no veían la hora de volver a casar.
Pero la tregua se rompió cuando Salas se encaró con Lamine ya al filo del tiempo reglamentario. Le quedaban dos minutos a Lamine para vengarse. Y lo hizo con un golazo. Mala idea siempre enfadar a Lamine.