Los Trail Blazers cambian de manos... pero no se mueven de Portland
La histórica franquicia no se moverá de Oregón después de una venta que se ha cerrado por una valoración total de más de 4.000 millones de dólares.
Dundon (que tiene 53 años y vive en Dallas), cabeza visible de un grupo en el que están otros inversores (Marc Zahr y un Sheel Tyle con raíces en Portland), no piensa trasladar el equipo, así que no habrá mudanzas. Es la noticia que esperaban con más ansiedad en Portland: el cambio de propietarios no implicará cambio de ciudad. El proceso de venta comenzó en mayo, la culminación de una inercia que comenzó cuando murió Paul Allen en 2018. El multimillonario y filántropo, amigo de la infancia de Bill Gates y cofundador de Microsoft, pidió en el estadio final de su enfermedad, un linfoma de Hodgkin, que la franquicia se vendiera después de su fallecimiento. Su hermana, Jody Allen, ha sido la encargada de gestionar este tramo y de hacer cumplir la voluntad del fallecido propietario, que se hizo con los Blazers en 1988 (por 70 millones de dólares) y que también era dueño de los vecinos Seattle Seahawks (NFL).
Tanto los Seahawks como Seattle Sounders (el equipo de la MLS del que los Allen tienen un 25%) quedan al margen de este proceso de venta que solo afecta a los Trail Blazers. El momento, toda vez que era inevitable pero no habían quedado plazos establecidos por Paul Allen, coincide con la entrada en vigor de los nuevos contratos televisivos en la NBA, otra revolución en los ingresos (casi 77.000 millones de dólares por once años) que evidentemente (gracias a ESPN, NBC y Amazon) impulsa el valor de las treinta franquicias de la liga. El valor medio de estas ya ronda los 4.600 millones de dólares y en los últimos meses, un verdadero reseteo del mercado con la particularidad de que se trata de las dos grandes franquicias históricas, los Celtics se han vendido por más de 6.000 millones y los Lakers, por una valoración que puede acabar superando los 11.000. Además, el año pasado la franquicia vendió su pabellón por un dólar y el suelo bajo este por siete millones en lo que fue el primer paso de una alianza público-privada para renovar y modernizar el Moda Center y sus alrededores y firmar un nuevo acuerdo para que los Blazers sigan jugando allí hasta, como mínimo, 2030.
En ese nuevo acuerdo, el dinero obtenido a través de las plazas de parking y de un porcentaje pequeño (6%) de la venta de entradas, se destinará a las obras de acondicionamiento del pabellón. En el trato anterior, cerrado para treinta años y que expiraba ahora en 2025, esa cantidad era para las arcas de la ciudad y había superado los 150 millones desde que entró en vigor en 1995.
En teoría, todo lo que se obtenga de la venta de las propiedades deportivas que había dentro sus empresas irá destinado, eso dejó especificado en sus últimas voluntades Paul Allen, a obras benéficas y filantrópicas. Pero, por ahora, no se conocen más detalles de una operación que, sobre todo, asegura en principio la continuidad en Portland de un equipo que es referencial en Oregón, un estado que no tiene franquicias en NFL, MLB y NHL. Y para el que los Trail Blazers son muy importantes desde su creación en 1970: tienen un solo título, el de 1977, la blazermania y Bill Walton, y han jugado tres Finales, la última (en 1992) ya muy lejana. En los últimos años ha habido muchas especulaciones sobre un posible traslado, tanto que cien personalidades de Portland firmaron un manifiesto (Rip City Forever) en el que pedían que no hubiera movimientos en ese sentido. Rip City es una forma de denominar a la ciudad de Portland cuando se hace referencia al equipo de baloncesto profesional, los Blazers.
A nivel deportivo, el panorama no parece malo para los aficionados. El nuevo propietario, Dundon, se hizo con los Hurricanes en 2018 y aseguró la continuidad de la franquicia, cuestionada, en Carolina. Además, y después de nueve años sin playoffs, invirtió para lograr la presencia en las eliminatorias en siete de las siguientes ocho temporadas. Su nombre no estaba entre los que habían sonado para hacerse con los Blazers, pero la operación avanza ya hacia su último paso, la aprobación por parte del resto de equipos en el board de la NBA. En 2022, Jody Allen rechazó una oferta de más de 2.200 millones de Phil Knight, el que fuera CEO de Nike (empresa que nació y tiene su sede en Oregón). Entonces, se cuestionó cuántas ganas tenía realmente de vender, pero lo cierto es que estaba esperando al momento óptimo: Sportico daba ahora a los Blazers una valoración de 3.600 millones, la vigesimotercera franquicia de las 30 de la NBA. El precio final, como suele suceder en la realidad del mercado, ha sido finalmente más alto.