Huérfanos de Iñigo
La defensa del Barcelona todavía debe sobreponerse a la baja del central de Ondarroa y ajustarse mejor, especialmente Pau Cubarsí, que ahora forma pareja con Araújo.
El equipo azulgrana encajó 39 goles la temporada pasada en Liga, es decir, más de uno por partido, cifra que se elevó a 24 en la Champions, (1,7 por encuentro disputado) y entre los siete recibidos en la Copa del Rey y los dos de la Supercopa de España dejan la cifra final en 72 goles recibidos; casi 1,2 por partido.
En los dos encuentros oficiales de este curso, el equipo ya ha encajado dos goles. Logró dejar la portería a cero contra el Mallorca, que jugó muchos minutos con nueve jugadores, pero ante el Levante ya recibió dos goles, uno de penalti, pero concedió seis ocasiones claras de gol y recibió ocho remates en contra. Demasiados ante un recién ascendido.
Aunque es muy prematuro sacar conclusiones, la baja de Iñigo Martínez se está empezando a notar porque Flick, que no tenía pensado perder al de Ondarroa y planeó la temporada intentando consolidar la defensa del año pasado, ahora ha tenido que recomponerla. “Me encanta ‘Iñi’. La temporada pasada fue uno de los grandes responsables de nuestro éxito. Jugaba siempre y lo dio todo por este club”, lamentó el entrenador alemán.
Para Flick, Iñigo era indiscutible. Ordenaba la defensa, coordinaba el fuera de juego, era fiable en la salida de balón y ejercía de capitán sin brazalete en el terreno de juego. Dentro del vestuario su liderazgo estaba fuera de toda duda. Los más jóvenes lo escuchaban y atendían a sus consejos. Además era un central zurdo, que escasean, y sus pases directos a Lamine Yamal eran importantes para empezar el juego ofensivo del equipo.
Especialmente, Pau Cubarsí. A su lado creció una barbaridad como futbolista y formaron una excelente pareja. El canterano no estuvo excesivamente fino ante el Levante, en que se vio superado en más de una ocasión en el uno contra uno y sale retratado en la foto del primer gol. A Flick le queda trabajo por hacer en los entrenamientos porque debe ajustar un nuevo tándem central con Araújo, que ha empezado el curso muy motivado y con ganas de demostrar que se puede adaptar al estilo de juego que propone el alemán pese a ser un defensa más corrector. El uruguayo ha estado a un buen nivel en los dos primeros partidos, así que va en la buena línea.
Balde también es otro de los futbolistas que más echará en falta a Iñigo Martínez, porque el vasco era el que lo dirigía marcando la línea. En más de una ocasión, Iñigo bromeó que era el lateral el más “despistado” y al que tenía que gritarle más para que no rompiera el fuera de juego.
Con un calendario accesible, el Barcelona de Flick no tiene excesiva presión y tiene tiempo de ir ajustando su nueva defensa sin Iñigo Martínez para cuando le toque enfrentarse a rivales de mayor entidad. Pero los dos goles encajados ante el Levante son un aviso para navegantes.