¿El café molido debe conservarse en la heladera?
Nuevas advertencias de entidades reconocidas generan dudas sobre prácticas habituales en la conservación de este producto tan consumido en el mundo
Cómo se hace el café molido
El proceso del café molido comienza en las plantaciones, donde se recolectan los granos maduros. Luego pasan por varias etapas de selección y secado antes de ser sometidos al tueste, una fase determinante que realza sus sabores y matices.

Durante el molido, se liberan aceites y compuestos aromáticos que otorgan al café su cuerpo, sabor e intensidad característicos. La frescura del café molido siempre será superior cuando el proceso se realice poco antes de la preparación, porque el contacto con el oxígeno inicia el deterioro de sus cualidades.
Especialistas y organizaciones como la National Coffee Association of USA coinciden en algunos principios imprescindibles: el café molido debe guardarse en un recipiente hermético y opaco para protegerlo del aire y la luz, y mantenerse en un sitio fresco y seco, lejos de fuentes de calor y humedad.

La temperatura óptima ronda entre 19 y 22 ℃ (66 y 72 ℉), fácilmente alcanzable en una despensa común. Si el envase original cuenta con cierre hermético y válvula, puede usarse; en caso contrario, lo ideal es transferir el café a un envase de vidrio o metal con cierre a rosca, manteniendo el café seguro de la humedad y el oxígeno para evitar la pérdida de sabor y la oxidación.
Qué pasa si guardo el café molido en la heladera
Aunque guardar el café molido en la heladera parece una solución efectiva para conservar su frescura, diversas fuentes especializadas, como la National Coffee Association of USA y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), advierten lo contrario.
El refrigerador es un entorno húmedo capaz de degradar el café, ya que la humedad puede penetrar el envase, favorecer la formación de moho, alterar el sabor y reducir notablemente el aroma. Además, el café puede absorber fácilmente los olores de otros alimentos, afectando su perfil original. Finalmente, los cambios de temperatura al sacar y guardar el café producen condensación, lo que acelera la oxidación y el deterioro de las propiedades del producto.
Los beneficios del café para la salud
Instituciones de renombre como la Escuela de Salud Pública de Harvard y el USDA han documentado diversos beneficios vinculados al consumo adecuado de café. En cantidades moderadas, el café es fuente de antioxidantes y compuestos antiinflamatorios, y su consumo habitual se asocia con una posible reducción del riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, Alzheimer y Parkinson.

Además de favorecer la concentración y el estado de alerta, puede contribuir a una mejor función metabólica y, según algunos estudios, hasta ayudar en la prevención de ciertos cánceres.
No obstante, estos beneficios se presentan cuando el café se toma sin excesos de azúcar ni añadidos grasos, y cada persona debe ajustar su consumo según la tolerancia individual y su estado de salud.
Cuánto café puedo tomar por día
Según el USDA y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), sostienen que el consumo considerado seguro para la mayoría de los adultos sanos es de hasta 400 mg de cafeína al día, lo que equivale aproximadamente a tres o cinco tazas de café filtrado de tamaño estándar. Superar estas cantidades puede desencadenar efectos secundarios como insomnio, irritabilidad, nerviosismo, palpitaciones y molestias digestivas.

Las personas embarazadas, quienes padecen hipertensión, arritmias cardíacas o sensibilidad a la cafeína deben consultar con un profesional de la salud para establecer el nivel de ingesta recomendado en su caso. Integrar el café en la rutina diaria de forma consciente y moderada permite disfrutar de sus reconocidos beneficios, sin riesgos innecesarios para la salud.


