China reforzó su control sobre las tierras raras: qué saber sobre las nuevas restricciones

El régimen endureció las normas para la minería, procesamiento y exportación de tierras raras, imponiendo permisos, cuotas y controles más estrictos

Las disposiciones, publicadas por el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información, se aplican tanto a las tierras raras extraídas en China como a las importadas para su refinación en el país.

Entre los requisitos, las empresas deberán cumplir con cuotas específicas de minerales, obtener autorización gubernamental para operar con tierras raras y reportar con precisión las cantidades que procesan. El incumplimiento de estas normas podría derivar en sanciones legales y reducción de cuotas asignadas.

Motivos estratégicos

Aunque los 17 elementos conocidos como tierras raras —entre ellos germanio, galio y titanio— no son escasos, son difíciles de encontrar en concentraciones lo suficientemente altas, lo que hace costosa su extracción. China ha ido endureciendo gradualmente las restricciones sobre su producción y exportación, en parte como respuesta a los controles estadounidenses sobre el acceso a tecnología avanzada.

En abril, tras la imposición de aranceles de Estados Unidos a múltiples socios comerciales, Beijing anunció la necesidad de permisos para siete tierras raras adicionales: samario, gadolinio, terbio, disprosio, lutecio, escandio e itrio. El gobierno chino justificó la medida como una forma de “salvaguardar mejor la seguridad y los intereses nacionales y cumplir con los deberes globales de no proliferación”.

FOTO DE ARCHIVO: Mineros se
FOTO DE ARCHIVO: Mineros se ven en la mina Bayan Obo que contiene minerales de tierras raras, en Mongolia Interior, China. (REUTERS/Stringer/Archivo)

Los límites a la exportación de tierras raras generaron preocupación entre fabricantes estadounidenses y de otros países, dado que estos materiales son esenciales para la producción de tecnología avanzada. El tema se convirtió en un punto crítico en las negociaciones comerciales entre China y Estados Unidos.

En respuesta a ciertas concesiones estadounidenses sobre el acceso a software de diseño de chips y motores a reacción, Beijing anunció en junio que aceleraría la aprobación de exportaciones de tierras raras.

En julio, el Ministerio de Seguridad del Estado de China informó que tomaría medidas enérgicas contra el presunto contrabando de estos materiales, citando riesgos a la seguridad nacional.

China, el actor dominante en el mercado global de tierras raras

En las últimas décadas, China se ha consolidado como líder absoluto en el procesamiento de tierras raras. Aunque solo extrae alrededor del 70% de estos materiales, suministra casi el 90 % de la oferta mundial.

El régimen cuenta con cerca de la mitad de las reservas conocidas y, además, importa grandes volúmenes desde Myanmar para refinarlos y exportarlos. Su control sobre las tecnologías de fundición y separación —cuyo conocimiento prohíbe exportar— le otorga un dominio casi monopólico del sector.

En 2024, Estados Unidos obtuvo de China el 70% de las tierras raras que utilizó; el resto provino principalmente de Malasia (13%), Japón (6%) y Estonia (5%). Según el Servicio Geológico estadounidense, incluso parte del suministro no chino procede de concentrados minerales procesados en China y Australia.

FOTO DE ARCHIVO: Un obrero
FOTO DE ARCHIVO: Un obrero trabaja en una mina de minerales críticos en el condado de Nancheng, provincia de Jiangxi, el 14 de marzo de 2012. (REUTERS/Stringer)

Impacto incierto de las nuevas normas de China

China ha comenzado a emitir permisos para la exportación de tierras raras, aunque excluye los usos militares, generando incertidumbre sobre la disponibilidad de estos materiales en el mercado global.

Las regulaciones publicadas el viernes refuerzan el control sobre la concesión de licencias a empresas del sector y centralizan la supervisión de la minería, el procesamiento y la exportación. Además, introducen normas ambientales más estrictas para la industria.

Mientras tanto, Estados Unidos, bajo la administración de Trump, prioriza reducir su dependencia de China para el suministro de tierras raras, presionando a Pekín para que flexibilice sus restricciones.

China ha adoptado un enfoque flexible: acelera o ralentiza la aprobación de exportaciones según sus necesidades, pero mantiene un control general más estricto sobre la industria. Aunque las nuevas normas no detallan cuotas ni elementos específicos, dejan claro que Beijing busca ejercer un dominio más firme sobre el sector.

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