LeBron reivindica su papel porque empieza a verse fuera de los Lakers

La prensa de Estados Unidos comienza a filtrar opiniones de LeBron James para reivindicar su rol en los Lakers al ver que Doncic ya es la cara del equipo.

Mike Maestre
As
En los Lakers la situación está escalando hacia algo poco esperado. El adiós de una leyenda como LeBron James empieza a barajarse con fuerza dadas las circunstancias. La atención se distrae hacia otro foco, de nacionalidad eslovena y de nombre Luka Doncic. La cara es otra. Flexibilidad exigua y un relevo generacional que se antoja imprescindible hacen que el tótem criado en Ohio haya quedado relegado a un segundo plano en las decisiones de la franquicia. Por poner un ejemplo, es el primer año que no es consultado a la hora de enhebrar los fichajes del mercado de verano cuando se abrió el periodo para ellos. Señales que pintan un panorama distinto en la franquicia angelina.

ESPN, de la mano de dos periodistas que conocen bien la figura del ‘23′ (Ramona Shelburne y Brian Windhorst), ha vuelto sobre los pasos de los Lakers para darle de manera definitiva el mando en plaza a Doncic. Algo que, por el ego de una superestrella tan superlativa como James, es complicado de digerir. LeBron activó la opción del contrato para cobrar 52,6 millones la próxima temporada y los Lakers no han ido más allá, asegurar la continuidad del alero hasta el fin de sus días ha quedado descartado y ahora el futuro se abre como Moisés las aguas.

El título ya es suficientemente significativo, “la transición entre estrellas más delicada de la historia” en un artículo que pone una fecha clara sobre la mesa: primavera de 2026: “Doncic dentro, LeBron fuera”. La franquicia angelina, siempre según Windhorst y Shelburne, dejará que LeBron decida si esta próxima, la vigésimo tercera (otro récord) para él en la NBA, será la última como jugador profesional o no. Pero también están demostrando que si quiere tener una despedida grandiosa, a la altura de Hollywood, en los Lakers, su fecha final es esa: “la franquicia, desde luego, le daría una despedida como la que tuvo Kobe Bryant en 2016, si es lo que quiere LeBron. Pero por primera vez en sus 23 años en la Liga, su equipo no le está rogando ni está condicionando su futuro para conseguir que continúe más allá de su actual contrato”.

James quedó fuera de la cena en la que se planificó el futuro a corto y medio plazo de los Lakers en un restaurante de Los Ángeles como uno de los detalles que hacen pensar en la separación. Pelinka, presidente, y Redick, entrenador, estaban acompañados de Luka y su mánager, Lara Beth Seager, para trazar las líneas maestras de lo que debe ser el siguiente paso de la franquicia. Y Luka debe ser el hombre. Este mes debe fraguarse la ampliación de contrato, otro de los puntos de discusión.

Todo cuenta y Seager deja claro que, por su parte, todo va como la seda en L.A.: “La franquicia y sus cabezas visibles han sido increíblemente acogedores y han apoyado mucho a Luka desde que llegó a Los Ángeles. En los últimos mese hemos hablado mucho, nos hemos ido conociendo bien y estamos formando una alianza profesional fuerte. Los títulos se ganan cuando se trabaja de la mano. Y todos tenemos el mismo objetivo”. Los Lakers, no hay duda, agasajan a Doncic para mostrarle, con todo lujo (nunca mejor dicho) de detalles cómo es la vida cuando uno es el jugador franquicia de una organización así.

Luka, con el 2 de agosto como fecha marcada en el calendario para trabajar en esa renovación, puede usar varias fórmulas contractuales: 229 millones por cuatro temporadas, 165 millones por tres temporadas, etc. Se espera que en esos números pueda moverse. Enfocados en ello los Lakers dejan sin cabeza otro contrato de los grandes para LeBron James, que el próximo verano tendrá 41 años. Entre la ambición de ‘The King’ de continuar en la escala de mayor rédito económico y que hay que pasar página, futuro incierto.

James dejó ya un primer mensaje público gracias a su agente, Rich Paul, en el momento en el que activó esa cláusula de prórroga en su contrato. Añadiendo a través de la prensa que a partir de ahora evaluarían todas las opciones, y el traspaso es una de ellas por primera vez en la carrera del rey de Akron, declaraban sus intenciones en un inicio. LeBron vuelve a la carga con el relato de los periodistas antes mencionados. Se hace saber que el jugador estadounidense cree que no se ha puesto suficiente en valor lo logrado en ese equipo y que, mientras que Doncic no tuvo que decidir y llegó a los Lakers en un traspaso que ni siquiera deseaba porque quería echar raíces en Dallas, él eligió en 2018 dejar Cleveland e ir a jugar a L.A. en un equipo que llevaba cinco años fuera de playoffs.

Según el relato lanzado a la esfera pública, LeBron quiere hacer ver que entiende la oportunidad de la que gozan los Lakers para empezar a construir alrededor de una superestrella más joven (Doncic tiene 26 años) pero enfatiza en que le disgustan varios detalles. Por un lado, lo dicho: que Luka aterrizara vía traspaso y dejando patente que su corazón estaba en los Mavericks desde el inicio de la etapa en la NBA; James, al contrario, había apostado fortísimo por los Lakers en 2018, tras su triunfal segunda época en Cleveland Cavaliers, su hogar. “Dos años después de aquello ayudó a conseguir el 17º campeonato”, el Anillo de la burbuja de Florida, destaca la publicación de Shelburne y Windhorst.

En la filtración desde el entorno de Klutch Sports, la empresa que representa a LeBron James en los asuntos estrictamente deportivos, hay una interpretación que sería definitiva de ser confirmada por el protagonista. Porque en los Lakers hay diversos frentes de enjundia y otro de ellos es el traspaso de poderes en la propiedad. Los Buss comenzaron el proceso de venta de la escuadra hace menos de un mes por 10.000 millones de dólares, lo que colocará como nuevo propietario principal a Mark Walter. Un movimiento pantagruélico y que para la Liga es de importancia capital por el estatus del equipo, el impacto externo y las consecuencias que de ambas se extraigan.

Pues bien, las negociaciones fructificaron y se ha deslizado que Doncic fue informado puntualmente y James no recibió tal información hasta que ésta iba a salir a la luz pública. “Estoy encantado por lo que viene en un futuro, de conocer a Mark y de que Jeanie siga involucrada. Quiero poder trabajar con los dos”, parte del mensaje que el genio de Liubliana dejó en las redes sociales al saltar la noticia. Esquinazo a LeBron.

El artículo habla de cuatro puntos, en definitiva, que son los que han ido irritando, o haciendo ver una nueva realidad que le deja en segundo plano, a LeBron desde el 1 de febrero, cuando la tierra tembló en la NBA con el traspaso de Doncic a los Lakers:

  • No hablaron con él para tenerle al tanto de la operación que se iba a hacer, el traspaso de Anthony Davis (amigo personal y con el que comparte agencia de representación) por Luka Doncic. Algo que no se tomó muy mal por su respeto a Doncic y porque entendía las razones de la franquicia para hacer una operación así y para mantenerla lo más en secreto posible.
  • Pocos días después, se intentó el traspaso por Mark Williams, un pívot del perfil que mejor encaja con Doncic, al que se consultó sobre esta operación. El problema para LeBron es que él y Davis llevaban años pidiendo a la franquicia que se hiciera con un pívot, sin éxito.
  • Cuando la familia Buss inició el proceso de venta de la franquicia a Mark Walter el 18 de junio, Doncic fue informado y de hecho puso un mensaje, muy positivo, sobre la operación en sus redes sociales. Pero a LeBron se le dejó a un lado, no se le informó y por eso tampoco pudo reaccionar en sus redes.
  • Y el golpe de gracia: los Lakers no ofrecieron a LeBron una extensión por más de la temporada que él ejecutó con su player option. Y le dejaron claro que les gusta la idea de que juegue pero en último año de contrato algo insólito para un LeBron que va a cumplir 23 años en la NBA

2026, ¿última parada?

Conjuntos como Cavaliers, Mavericks o los glamurosos Knicks aguantan la saliva en boca al ver que las probabilidades aumentan. Porque el adiós de los más grandes es difícil de gestionar, en L.A. lo saben con un Kobe Bryant que tampoco se rebajó la ficha para contar con más capacidad en el mercado, y estar en un rango superior a los cincuenta millones por campaña es inviable en los Lakers de Redick con este convenio sindical que tanto penaliza.

James no ha dado su brazo a torcer y, por iniciativa de club, se está quedando atrás en el ordeno y mando al que nos tenía acostumbrados. “Los Lakers ya han mandado el mensaje que querían al no ofrecer a James un pacto más allá de esta temporada. Es abundantemente claro que el 21 veces all star ha dejado de ser la cara de los Lakers por primera vez. También que hay un calendario planeado para su cese aunque su trayectoria deportiva no finalice".

Se añade un último punto que termina de cerrar el círculo. Los representantes de Doncic y James, Seager y Paul de manera respectiva, mantienen una buena relación, por lo que se han contado las verdades: cualquier movimiento brusco que desee hacer LeBron será consensuado con el entorno de Doncic; cualquier esbozo de cambio de plan que planteen los Lakers será tratado en primer término con Doncic (¿pero quién es el interlocutor válido aquí, el equipo o el jugador?). Más argumentos que dan a entender que no sólo los Lakers tienen un nuevo dueño en los despachos, también en el parqué. Se avistan curvas y un final un tanto amargo.

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