Lamine, hacia cifras salvajes

En la temporada 2024-25, multiplicó por 2,5 su número de goles (de siete a 18) y por 2,7 sus asistencias (de nueve a 25) con el Barça respecto a la temporada anterior. Si mantuviese su progresión, caminaría casi a los 45 goles y 67 asistencias.

Juan Jiménez
As
No es necesaria la Inteligencia Artificial para hacer castillos en el aire con las estadísticas de Lamine Yamal. Su progresión en la temporada 2024-25 ha resultado asombrosa respecto a su aparición en el curso 23-24. La joya de Rocafonda, recién renovada hasta 2031, pasó en un curso de los siete goles y nueve asistencias a los 18 tantos y 25 pases decisivos. Básicamente, multiplicó por 2,5 su capacidad realizadora y, en 2,7, su cifra de asistencias. Una proyección rápida coloca al Lamine de la temporada 2025-26 en 45 goles y en casi 67 asistencias.

Unos números prácticamente imposibles en los que, con casi toda lógica, no estará, pero que empezarán a explorar sus límites. Obviamente, el margen de crecimiento del extremo de La Masia era amplísimo y ahora se estrechará. Pero todos los expertos coinciden en señalar que todavía no se ha visto al mejor Lamine, especialmente en lo referente a la parcela goleadora. El ‘19’, tal vez futuro ‘10’ del Barça, se ha autoimpuesto una mejora en términos de efectividad. Acciones como las que tuvo ante Sommer en la semifinal de la Champions, o incluso el penalti fallado con la Selección en la tanda de los cuartos de la Nations League contra Holanda, le encienden la señal de alarma para mejorar esos detalles. Lamine sabe que tiene la capacidad para localizar casi todos los rincones de la portería y los Clásicos de esta temporada lo demuestran. En la Supercopa batió a Courtois por el palo corto; en la Liga, por el largo; y a Lunin le marcó con la derecha y por arriba en el Bernabéu. Su especialidad, y ahí están los goles contra el Benfica, Inter o el que le hizo al Espanyol y abrochó la Liga, están en la esquina derecha de los porteros rivales. Pero ha demostrado que también puede manejar otros ángulos.

Además, Mundo Deportivo informó, coincidiendo con la renovación de Lamine, de que el futbolista tenía la intención de ganar protagonismo en las faltas directas y los penaltis. Aunque esa pretensión, claro, deberá pasar por la barra de medir de Hansi Flick. Lewandowski, Raphinha, Ferran y Olmo han sido lanzadores desde los once metros esta temporada; y el brasileño y el canario han sido los ‘titulares’ en los lanzamientos a balón parado.

La próxima temporada se presenta como un desafío en términos mayúsculos para Lamine, que en su ‘premiere’ como estrella consensuada del Barça ha levantado Liga, Copa y Supercopa, pero se quedó con la miel en los labios en la Champions y prometió no parar hasta llevarla a la Ciudad Condal. Y es, además, año de Mundial. La posibilidad de convertirse en campeón del mundo una semana después de cumplir 19 años se convertirá en un motor durante todo el curso. Mejor joven de la Eurocopa, de LaLiga, Golden Boy y Premio Kopa, a Lamine le llega el momento de los premios grandes con apenas 18 años. Luchará desde principio de temporada por llevarse el Balón de Oro y el The Best; y, lógicamente, sueña con ser el mejor jugador de la cita en América del Norte el próximo verano. Si sus números progresan en función de las matemáticas, tendrá mucho conseguido. Tanto él como su entorno saben que, una vez renovado hasta 2031, eso pasa por una disciplina inquebrantable del trabajo de la que algunos dudan, pero de la que todavía no se ha separado desde que es un niño.

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