La Nobel de la Paz Narges Mohammadi advirtió que Irán intensificará su represión interna tras la guerra con Israel
La activista iraní alertó que el régimen usará el reciente conflicto como justificación para aumentar la persecución y represión contra opositores en el país
“La situación para el pueblo iraní es más peligrosa ahora que durante la guerra", afirmó la activista, de 53 años. “Estoy muy preocupada por la situación de los miembros de la sociedad civil, activistas políticos y sobre todo los jóvenes que se comprometen en actividades sociales. Por desgracia, creo que la represión se va a intensificar en los próximos días”, sostuvo.
Desde el 13 de junio, unas 750 personas han sido detenidas bajo la acusación de espiar para Israel, una operación llevada a cabo por la Guardia Revolucionaria iraní, considerada la fuerza ‘guardián de las esencias’ del régimen. Además, seis personas han sido ejecutadas bajo la misma acusación de colaborar con el Estado israelí.
Los arrestados, frecuentemente etiquetados como “terroristas” o “mercenarios a sueldo del régimen sionista”, enfrentan cargos que incluyen la posesión de armas y municiones, supuestamente destinadas a ser usadas contra el Gobierno.

Pese a la escalada de represión, Mohammadi se opone firmemente a cualquier forma de intervención extranjera destinada a cambiar el régimen iraní. Sostiene que cualquier transformación política debe surgir desde el interior del país para que sea legítima.
En relación con los ataques de Israel, la activista no escatima en críticas hacia el primer ministro, Benjamín Netanyahu, al que equipara con el líder supremo iraní: “En Irán tenemos este Gobierno misógino y religioso encabezado por Ali Khamenei que nos ha llevado al infierno prometiéndonos el paraíso, pero Netanyahu también nos lleva al infierno mientras que promete libertad y democracia”.
A lo largo de su trayectoria como defensora de los derechos humanos, Mohammadi ha sido arrestada 13 veces, condenada en nueve ocasiones, ha pasado largos periodos en celdas extremadamente pequeñas —que describe como del tamaño de una “tumba”— y lleva una década sin poder ver a sus dos hijos. Sin embargo, en una entrevista con EFE en febrero pasado, afirmó que todos estos sacrificios han valido la pena en su lucha por la libertad en Irán.