Dembélé, objetivo Balón de Oro

El francés reapareció contra el Inter Miami en los octavos de Mundial de Clubes. Su tramo final del torneo puede ser decisivo para ser el mejor del mundo.

Andrés Onrubia
As
La vuelta de Ousmane Dembélé a los terrenos de juego, tras un mes y medio de ausencia por culpa de una lesión en el cuádriceps del muslo izquierdo, fue una de las mejores noticias, además del resultado, de la aplastante victoria del PSG contra el Inter Miami. El francés, aquejado desde el comienzo de la competición, pudo disfrutar de 28 minutos en el terreno de juego, 28 minutos intrascendentes, ya que el partido iba 4-0 al descanso, pero que le sirvieron para recuperar sensaciones y para volver a ponerse a punto físicamente.

Dembélé tenía marcado en rojo en el calendario el nuevo torneo de la FIFA, una competición en la que el PSG, otra vez, es el máximo favorito para llevarse el título. Antes, deberá quitarse de en medio al Bayern de Múnich, su verdugo en la final de la Champions de 2020, en un encuentro en el que el Mosquito, a priori, debería ser titular, en una batalla que puede ser trascendental para subir, definitivamente, a la cima que le corone como el mejor jugador del mundo.

Porque, a pesar de que en Francia ya le dan como justo ganador, los periodistas que votarán en los próximos meses, antes de la ceremonia que acontecerá el 22 de septiembre en Châtelet, en pleno corazón de París, siguen teniendo dudas respecto al ganador del prestigioso galardón. En la carrera de fondo hasta saborear el oro, Lamine Yamal es otro de los favoritos para recibir la distinción. Sin embargo, el jugador del Barcelona no disputa el Mundial de Clubes, el torneo en el que Dembélé, a partir de cuartos, debe dar un paso al frente para zanjar definitivamente el debate, en el que también se ha colado Vitinha, ganador, como su compañero, de todos los títulos exhibiendo un nivel incontestable desde que comenzó el año.

La vuelta de Dembélé a los terrenos de juego se presenta como capital para un PSG que quiere ganar el Mundial de Clubes y entrar en la historia del fútbol. Los parisinos son, con diferencia, el mejor equipo del año, y en esa voracidad competitiva, la figura del exjugador del Barcelona ha sido determinante para la consecución de los títulos. Con 48 participaciones de gol, 33 goles y 15 asistencias, incluida una fase final perentoria de la Champions League, decisivo en todas las rondas, es evidente que ‘Ous’, así le llaman en el vestuario, es legítimo favorito para ganar el Balón de Oro.

Hasta ahora, Luis Enrique, su máximo valedor, el entrenador que mejor le ha entendido, el que mejor rendimiento le ha sacado, en la posición de ‘9′, ha sido precavido y no ha querido forzarle en el Mundial de Clubes. Ante el Inter Miami le sacó 28 minutos, con el objetivo de recuperar su forma física y ponerse a punto para encarar los cuartos de final contra el Bayern, el primer gran test para el actual campeón de la Champions, con permiso del debut ante el Atlético de Madrid, saldado con otro holgado 4-0. El asturiano sabe que un Dembélé sano, en un partido con espacios, es un arma letal, un jugador capaz de marcar las diferencias en cualquier momento en campo rival.

Por ello, su titularidad contra el Bayern está prácticamente garantizada, máxime tras haberse recuperado completamente de las molestias que arrastraba desde las semifinales de la Nations League. Dembélé, impaciente por debutar, ansioso por haber vuelto antes a los terrenos de juego, considera este Mundial de Clubes como el test definitivo para que no exista debate en los próximos meses sobre el Balón de Oro. No será fácil, pues el camino es complicado, pero este PSG, ahora mismo, con el francés al máximo nivel, se siente imparable y así lo refrendó en la última Champions League.

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