Camavinga pone a prueba a Xabi
El club aspira a que el tolosarra devuelva al medio francés la luz con la que le fichó en 2021. Ahora, con 22 años, será la navaja suiza del técnico.
Para cuando el Madrid se fijó en él, a Camavinga ya se le conocía en Francia como ‘El heredero de Pogba’. Una gran mochila a la espalda que a Eduardo nunca le pesó. En su recién estrenado cuadro de méritos ya tenía el honor de ser el futbolista más joven de los nacidos en 2002 en debutar en una de las cinco grandes Ligas. Lo hizo ante el Angers con 16 años, cinco meses y 21 días. Con 17 ya estaba perfectamente instalado en la élite, miembro del once ideal de France Football y de L’Equipe del campeonato local y haciendo brillantes actuaciones en Champions. El Madrid fichó un futbolista polivalente, capaz de jugar, de la mano del técnico Julien Stéphan en el Rennes, como interior en un 4-3-3 o incluso de mediocentro al uso en un 4-4-2 (acompañado de Gnagnon). Pero nunca imaginó que iba a contratar a uno de los jugadores más versátiles del fútbol actual.
El gran cambio.
Esos son los planes que tiene Xabi Alonso para Eduardo Camavinga, que sea el comodín de la plantilla. Por una inoportuna lesión que le impidió estar disponible el Mundial de Clubes el tolosarra aún no ha podido valorar a la perla francesa en directo. Pero Xabi ya se ha autoencomendado la tarea de devolver al jugador la luz con la que llegó al Madrid, un halo que se ha venido apagando en las cuatro temporadas que lleva vistiendo de blanco.
Camavinga ha ido yendo a menos hasta ver cómo, a sus 22 años, su valor de mercado ha bajado hasta los 60 millones de euros, justo el que tenía cuando lo fichó en el Madrid y muy por debajo de los 100 millones que llegó a valer a mediados del 2024.
Camavinga será la navaja suiza de Xabi Alonso, que tiene planeado para él, preferentemente, jugar como interior en el 4-3-3 o acompañando a Tchouameni en el doble pivote de un eventual 4-4-3. Pero la versatilidad del jugador también le permite incluso que sea lateral izquierdo en caso de necesidad (si Fran García está lesionado y tiene que recurrir a Carreras como tercer central) o, también, que juegue como pivote único (de cinco argentino), como ahora viene utilizando a Tchouameni.
Un diamante polivalente.
El nuevo técnico del Madrid no es ajeno a los datos que avalan esa versatilidad de Camavinga, propiciada por Carlo Ancelotti, que nunca terminó de apostar definitivamente por él. Quizá, en parte, por las mucha lesiones que han cortado la progresión del francés, especialmente en la última temporada, en la que cuatro infortunios (uno de ellos, un esguince de rodilla, relativamente grave), le ha mantenido fuera de juego para 33 de los 68 encuentros del curso.
Camavinga no ha hablado todavía desde que Xabi llegó, pero aspira a decir la última palabra en este mar de dudas que hay en torno al centro del campo y al debate de si hay que fichar o no un medio más. El club (y Xabi Alonso) lo tienen claro: con él más Tchoameni, Valverde, Ceballos, Bellingham y lo que pueda aportar Güler, la plantilla, en esa demarcación, está cerrada.